Las inexplicables deudas del país con sus áreas protegidas

  • Por Silvana Espinosa (vocera de Greenpeace); Felipe Perillán (abogado de Incidencia en ONG FIMA) y Florencia Ortúzar (abogada senior en AIDA).

La reciente imagen de una ballena jorobada muerta en las mallas de un centro de cultivo de salmones, instalado al interior de la Reserva Nacional Kawésqar, es un duro recordatorio de las consecuencias que el retraso en la aplicación de la normativa ambiental implica para nuestros ecosistemas y especies.

La recién finalizada COP 16 de Biodiversidad celebrada en Cali, Colombia, reforzó la relevancia de la conservación de ecosistemas marinos. Sin ir más lejos, la ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas, fue designada “Champion” para destrabar las negociaciones sobre biodiversidad marina, costera e insular. En ese rol es que se logró un acuerdo respecto de modalidades para actualizar y ampliar las descripciones de las zonas marinas de importancia ecológica o biológica (EBSAS) y se instó a más países a firmar el Acuerdo sobre la Conservación y Uso Sostenible de la Biodiversidad Marina más allá de las Jurisdicciones Nacionales (BBNJ), para que este pueda entrar en vigor.

En nuestro país, el 21 de agosto se cumplió un año de la promulgación de la Ley SBAP, que creó el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas. Se trata de un pilar fundamental de la institucionalidad ambiental en Chile, necesario para garantizar la conservación de nuestra biodiversidad. Sin embargo, su lenta implementación preocupa: de los 21 reglamentos necesarios para que la ley entre en vigencia plena, sólo dos han sido sometidos a consulta pública, por lo que parece difícil que se logre cumplir con el plazo fijado para el 6 de septiembre de 2025.

En el mismo sentido, el país está al debe en la creación de planes de manejo para sus áreas protegidas. Actualmente, en Chile existen 28 áreas marinas protegidas, lo que representa alrededor de un 43% de su Zona Económica Exclusiva, superando -al menos nominalmente- la llamada Meta 30×30 -una de las principales del Marco Mundial de la Diversidad Biológica- respecto de ecosistemas marinos. Sin embargo, 22 de esos 28 espacios (casi el 80%), no cuentan con un plan de manejo , lo que impide que se cumplan los objetivos de protección y conservación para los que fueron creadas, es decir, carecen de una protección y gestión efectiva.

Estas demoras y carencias impactan directamente en nuestras áreas protegidas, tan valiosas para resguardar nuestro patrimonio ambiental, darnos resiliencia frente a la crisis climática y, en general, darle chance a la naturaleza de regenerarse.

Un caso emblemático es el de la Reserva Nacional Kawésqar, expuesta desde antes de su creación a los impactos de la industria salmonera. En ella existen hoy 67 concesiones de cultivo de salmón aprobadas, mientras otras 55 están en trámite para iniciar operaciones. Varias de las concesiones muestran señales de desgaste ambiental, como condiciones anóxicas oanaeróbicas en el agua y altos índices de contaminación, y existen procesos sancionatorios contra otras tantas. La falta de un plan de manejo efectivo que gestione adecuadamente el área debilita su capacidad para cumplir su función de protección.

Chile tiene la posibilidad de sacar adelante dicho plan, destrabando el proceso participativo que las comunidades Kawésqar llevan esperando hace casi cinco años, desde la reclasificación de la Reserva Nacional Los Alacalufes en el año 2018. En esa ocasión, se ampliaron los territorios de la reserva y se reclasificó, creando el Parque Nacional Kawésqar en territorio terrestre y la Reserva Nacional Kawésqar en sus aguas marinas. Uno de los propósitos detrás de estos cambios fue proteger dichas aguas y responder a las demandas del pueblo Kawésqar. Sin embargo, el proceso de elaboración del plan de manejo para esta área protegida sigue estancado, y el plazo para realizar la consulta indígena comprometida con las comunidades ya está vencido.

El hallazgo del cadáver de una ballena jorobada enmallada en un centro de cultivo de salmones de Australis Mar S.A., dentro de la reserva, es un duro recordatorio de la urgencia de actuar. Cabe recordar que, de las 94 especies de cetáceos que hay en el mundo, 43 se encuentran en Chile y 26 habitan específicamente en la Patagonia. Pero, lamentablemente, ni nuestros mares, ni sus áreas protegidas son hoy espacios seguros para la biodiversidad marina.

A pesar de la falta de estudios y de información o registros oficiales, existen muchos casos documentados de muertes de delfines y ballenas en centros de cultivos de salmones en Chile, tanto por el enmallamiento involuntario de estas especies, como por los daños colaterales que genera el tránsito de embarcaciones de la industria en estas zonas. Al respecto, existen registros de colisiones que causan muerte o heridas graves en los cetáceos y el ruido de los barcos también les afecta a nivel fisiológico, conductual y en sus formas de comunicación.

Un oportuno plan de manejo podría aportar inmensamente en este sentido. Sin uno, esta área protegida corre el riesgo de convertirse en una declaración vacía, sin efectos reales para la conservación de nuestros ecosistemas y especies.

En este momento crítico para el planeta, donde la crisis climática y la pérdida de biodiversidad demandan respuestas inmediatas y efectivas, Chile tiene la oportunidad de liderar con el ejemplo. Hagamos de este Día de las Áreas Protegidas uno para recordar y celebrar, uno en el que Chile muestre al mundo que la protección de ecosistemas claves es prioridad.

Publicada en El Dínamo – 08/11/24

Entregan Informe lapidario a CONAF: salmonicultura es incompatible con la Reserva Nacional Kawésqar

El 43% de los centros que operan dentro de la Reserva, han arrojado condiciones anaeróbicas en el marco de sus operaciones, lo que, acompañado del uso intensivo de antibióticos; escape de salmones; e incidentes como accidentes navales, mortalidades masivas y basura en los mares ponen en riesgo su alto valor ecosistémico.

Este martes 24 de enero, representantes de las organizaciones AIDA, FIMA y Greenpeace, entregaron al director de CONAF, Christian Little, el informe “Incompatibilidad de la salmonicultura con la Reserva Nacional Kawésqar: Antecedentes y contribuciones para el proceso de elaboración del plan de manejo de la Reserva”. 

El informe tiene como objetivo contribuir en el proceso de generación del Plan de Manejo de la Reserva. El documento concluye que la posibilidad de desarrollar la actividad de salmonicultura dentro de la Reserva Nacional Kawésqar es incompatible desde un punto de vista ecosistémico y legal.

Actualmente en la Reserva existen 68 concesiones de salmonicultura aprobadas y 57 en trámite, las que ponen en riesgo el alto valor de las áreas a proteger, el interés en la conservación de las eco-regiones terrestres involucradas y el atractivo turístico de la zona.

Esperamos que este informe contribuya a que -de una vez por todas- se declare la incompatibilidad de la salmonicultura con la categoría de Reserva Nacional, conforme la ley de pesca y los tratados internacionales lo ordenan y, ahora último, las luces del tribunal ambiental”  Macarena Martinic, coordinadora de Acceso a la Justicia de ONG FIMA.

La Reserva presenta características únicas de sus ecosistemas, los fiordos presentes en ella absorben dióxido de carbono y contribuyen al enfriamiento global del océano, procesos claves para enfrentar el cambio climático.  

Los argumentos técnicos y jurídicos están, por lo que hacemos un llamado a cumplir con la ley y no permitir la aprobación e instalación de centros salmoneros en la Reserva Nacional Kawésqar, junto con poner un freno definitivo a la expansión de esta industria” afirma Estefanía González, Coordinadora de campañas de Greenpeace.

El informe también agrega que la industria, en particular la empresa Nova Austral, ha sido objeto de numerosos procedimientos sancionatorios por sus reiteradas infracciones cometidas dentro del Parque Nacional Alberto de Agostini. Estas infracciones transcurren entre sobreproducción, fraccionamiento, daño ambiental, así como la ocultación de información solicitada por el órgano fiscalizador y anaerobia, donde 14 de sus 19 concesiones ubicadas dentro del Parque Nacional se han presentado en estas condiciones. Las sanciones, que van desde multas a revocación de sus resoluciones de calificación ambiental, no han sido un disuasivo suficiente para que la empresa se ajuste a la ley.

“Este informe da cuenta de la incompatibilidad ambiental y jurídica de permitir la salmonicultura en espacios de especial protección ambiental como la Reserva Kawésqar. Si la autoridad va a diseñar políticas, planes, programas y normas con la mejor ciencia disponible -y en línea con los compromisos de Chile-, debe prohibir sin excepciones la acuicultura marina de especies invasoras” agrega Cristina Lux, abogada Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA). 

Descarga el informe completo “Incompatibilidad de la salmonicultura con la Reserva Nacional Kawésqar: Antecedentes y contribuciones para el proceso de elaboración del plan de manejo de la Reserva” a continuación:

Columna: «Las alertas y avances en el resguardo de la Reserva Nacional Kawésqar»

Por Macarena Martinic Christensen

Coordinadora de Acceso a la Justicia de ONG FIMA

El Parque y la Reserva Nacional Kawésqar son un patrimonio biocultural de dimensiones difíciles de imaginar. Durante miles de años, comunidades Kawésqar habitaron, navegaron e interactuaron con él, ejerciendo una cosmovisión que hoy se encuentra al borde de la extinción.

El maritorio de los Kawésqar ancestralmente ha sido comprendido como dos grandes sectores, divididos de este a oeste: Jáutok y Málte. El Málte, es el nombre que recibe la costa exterior que da al Océano Pacífico, donde la navegación es peligrosa. Es un lugar sagrado, porque por ahí el jekslok (“espíritu”) se va al hótk’a álowe, “más allá del horizonte”, donde el mar se junta con el cielo. En el Málte se producen las más fuertes marejadas provenientes del océano y es donde se reciben las mareas que traen salinidad y nutrientes que activan la productividad primaria, posibilitando la vida de muchas especies. Este se cuida porque es tránsito de ballenas y, por tanto, lugar de ceremonias.

Jáutok es el nombre que le dieron al área de los canales interiores, donde el mar es más calmo y existen muchos lugares de resguardo. Al interior, el aporte de agua dulce desde los campos de hielo sur y precipitaciones es mayor y, por tanto, hay una mayor variedad y particularidad única de biodiversidad. Ambos sitios constituyen la Reserva Nacional Kawésqar, lugar en el que al día de hoy hay 67 concesiones de salmonicultura aprobadas en su interior y otras 107 solicitudes en trámite.

El año 2020 fue aprobada la instalación de dos centros de engorda, “Clarence 6” y “Clarence 14”, que pretendían ubicarse al interior de la Reserva (porción marítima del Parque), específicamente en el Jautok. Ambos proyectos, de 10.000 toneladas anuales cada uno, forman parte de la intención del titular Nova Austral de relocalizar sus operaciones desde el Parque Nacional Alberto d’ Agostini, lugar donde no solo la empresa enfrenta una querella del Consejo de Defensa del Estado por incumplimiento a la Ley Navarino, sino que tres de sus RCA han sido revocadas por la Superintendencia del Medio Ambiente por daño al fondo marino, tergiversación de información e incumplimientos a sus permisos.

Las comunidades Kawésqar y habitantes de la región de Magallanes, apoyados por las organizaciones AIDA, Greenpeace y FIMA, presentaron reclamaciones judiciales ante el Tercer Tribunal Ambiental, para evitar estas relocalizaciones, instancia que en diciembre recién pasado les dio la razón. Dos aspectos de este fallo son importantes de destacar.

El primero de ellos es que el tribunal concluye que ambos centros de engorda forman parte de un mismo proyecto que ingresó de manera dividida a evaluación ambiental, subestimando sus impactos sinérgicos. Ello lo sostiene observando varios elementos: titularidad común; rutas de navegación compartidas ( que, por lo demás, ninguno considera dentro de sus áreas de influencias); la simultánea evaluación ambiental; cronogramas de ejecución; el hecho de que ambos formen parte de un mismo proceso de relocalización; ubicación adyacente; y relación territorial de ambos proyectos.

De esa manera, el fallo es un precedente de que una evaluación íntegra para este tipo de industria exigiría, primero, que los centros de engorda emplazados próximamente y de un mismo titular deben ser estudiados como un solo proyecto; en segundo, incorporar adecuadamente las rutas de navegación en sus áreas de influencias y, por último, que se evalúen los impactos sinérgicos que ellos podrían producir.

El segundo aspecto a destacar responde a una demanda de larga data de defensores, comunidades y organizaciones ambientales. La sentencia abre la discusión sobre la compatibilidad de la Reserva con la salmonicultura. Primero, al resaltar que las actividades de acuicultura en general estarían permitidas por la Ley General de Pesca y Acuicultura en Reserva Nacionales, siempre y cuando esta sea compatible con los fines para los cuales se creó el área protegida en específico. Constata que, en este caso, su creación fue para dar cumplimiento a las demandas que este pueblo expresó en el proceso de consulta indígen, es decir, la protección de sus aguas, la necesidad de ejercer actividades productivas en dicho espacio marítimo y el reconocimiento a través del cambio de nombre.

El tribunal adentra en su razonamiento señalando que, mientras actividades como el turismo de baja escala y pesca artesanal sí serían concordantes con dichos fines, distinto sería el caso de la salmonicultura, que – a diferencia de otras actividades de acuicultura- es de carácter intensivo y de especies exóticas.

En su sentencia, el tribunal no termina de pronunciarse sobre esta compatibilidad, debido a las deficiencias en una evaluación que no permite comprender adecuadamente los impactos de la actividad, sin perjuicio que habrían evidencias para sostener que estos podrían afectar los fines por los cuales se creó la Reserva Nacional Kawésqar.

Si bien esperamos que esta decisión sea ejemplificadora para otros proyectos de salmonicultura que intentan ubicarse al interior de la Reserva, el hecho de que permanezcan 67 concesiones de acuicultura aprobadas en su interior, es evidencia de que nos enfrentamos a una categoría de área protegida que ha sido insuficiente hasta el momento para proteger sus ecosistemas y vinculación con el pueblo Kawésqar.

El fallo sienta un precedente, pero nos recuerda que en Chile una Reserva Nacional tiene que ser llevada a Tribunales para que verdaderamente se proteja y que, a falta de Estado, sigue siendo el pueblo Kawésqar, los defensores y defensoras ambientales, el custodio de Málte y Jáutok.

Columna publicada en El Mostrador – 09/01/2022

Salmonicultura en la Reserva Nacional Kawésqar: Tribunal Ambiental anuló la RCA de dos centros de cultivo de salmones

De acuerdo con el Tercer Tribunal Ambiental, la evaluación de los proyectos no permite descartar impactos sobre el medio marino, el paisaje y el turismo que se lleva a cabo en la Reserva.

Diciembre 2022. Se trata de dos de los nueve centros de cultivo de Nova Austral que se emplazan al interior de la Reserva Nacional Kawésqar, Clarence 6 y Clarence 14, ambos parte del proceso de fusión y relocalización que la empresa intenta llevar a cabo con sus centros de engorda ubicados en el Parque Nacional Alberto de Agostini. Actualmente, más de la mitad de estos centros ha reportado condiciones anaeróbicas. 

Las comunidades Kawésqar y los habitantes de la región de Magallanes, junto con las organizaciones Greenpeace, AIDA y ONG FIMA, alegaron que se trataba de centros de cultivo incompatibles con los objetos de protección de la Reserva Nacional Kawésqar, poseían evaluaciones deficientes que impiden descartar impactos en el medio marino, paisaje y turismo que se lleva a cabo en la Reserva, y omitían la consideración del territorio como ancestral y de relevancia para las comunidades Kawésqar.

El tribunal señaló que la evaluación sería ilegal, ya que el Servicio de Evaluación Regional no habría advertido la potencialidad de los proyectos para generar impactos sinérgicos, los cuales podrían derivar de la utilización simultánea de tramos comunes de las rutas de navegación, los efectos que el tránsito de embarcaciones puede generar sobre la fauna marina y los eventuales impactos sobre el valor turístico y paisajístico. Asimismo, indicó que los proyectos son parte de uno mayor que se encontraría dividido. 

Según explicó Macarena Martinic, abogada de ONG FIMA: “el fallo es un avance en la protección de la Reserva Nacional Kawésqar, ya que derechamente anula dos RCA de dos centros de Nova Austral que forman parte de la estrategia de la empresa de relocalizar los centros de cultivo que hoy enfrentan diversas sanciones y demandas por el daño ambiental que causaron en el Parque Nacional Alberto de Agostini. Esperamos esto pueda ser un puntapié inicial para la prohibición de la salmonicultura debido a la incompatibilidad de la actividad con la Reserva Nacional Kawésqar”.

De acuerdo con Leticia Caro, representante de los Grupos Familiares Nómades del Mar, “Hoy fue una lluvia de alegría y esperanza frente al fallo del Tribunal ambiental, pues luego de mucho tiempo y trabajo, buscar indagar y exigir que los procesos se cumplan según lo dictamina la ley, la invalidación de estos permisos no hace más que demostrar que lo que decimos es real, que nuestro territorio no es compatible ni lo será con la industria Salmonera y que nuestros antiguos hoy nos ven desde las memorias del territorio.”

“Celebremos la decisión del Tribunal Ambiental que reconoce la ilegalidad del fraccionamiento, que impide evaluar los impactos sinérgicos, que son más complejos que la suma de todos los impactos”, declaró Florencia Ortúzar, abogada de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA). “El rápido avance de la industria salmonera hace que los impactos sinérgicos sean cada vez más peligrosos. Faltan medidas disuasivas para que las empresas dejen de intentar el fraccionamiento”. 

“Es realmente insólito que empresas que están hoy enfrentando incluso juicios por demanda ambiental por el propio Consejo de Defensa del Estado producto de un historial de malas prácticas y que ya tienen comprobados efectos en los fondos marinos en parques nacionales como NOVA AUSTRAL, busque hoy casi como un premio instalarse en estas aguas puras y sanas. Anularle estos permisos es una importante victoria del trabajo conjunto con comunidades, pero también un llamado de atención para que de una buena vez las autoridades eviten esta invasión en los fiordos patagónicos de nuestro país” señaló Matías Asún, director nacional de Greenpeace.

Corte Suprema ordena al Servicio de Evaluación Ambiental iniciar procesos de Participación Ciudadana para proyectos salmoneros en Reserva Nacional Kawésqar

“Quizás este pudiera ser un gran paso para comenzar la salida de esta industria de nuestros canales, de nuestro mar, y comenzar a conservar el equilibrio de nuestro territorio ancestral”

Santiago, 1 de febrero 2022 – Ayer la Corte Suprema (Rol No 60.548-2021) dio una nueva señal en favor de las organizaciones ambientalistas y comunidades indígenas, al sentenciar la apertura de un proceso de participación ciudadana previo a la autorización de instalación, fusión y relocalización de cuatro centros de cultivo de salmones al interior de la Reserva Nacional Kawésqar. La solicitud fue realizada por comunidades Kawésqar y las ONG FIMA, Greenpeace y AIDA.

“Para nuestras comunidades es muy importante el fallo de la Corte Suprema, sobre todo porque está misma empresa que está instalada al otro lado del canal Aswalisnan, es la que ha provocado gran daño en el territorio, a los sitios funerarios, lugares sagrados, etc.”, señala Haydee Aguila, de la Comunidad Kawesqar ATA’P, quien ve con optimismo esta sentencia, y agrega “Es importante mencionar que quizás este pudiera ser un gran paso para comenzar la salida de esta industria de nuestros canales, de nuestro mar, y comenzar a conservar el equilibrio de nuestro territorio ancestral. Nuestros antepasados fueron desarraigados desde sus propios campamentos, no podemos seguir permitiendo las mismas prácticas en la actualidad, cuando todo está cambiando”.

Anteriormente, la autoridad ambiental se había negado a abrir estas etapas de consultas, situación que hoy es revertida por el fallo del máximo tribunal del país al acoger este Recurso de Protección. La sentencia, además, se refiere a los impactos que estos proyectos implican para los ecosistemas y las comunidades, debido al alto uso de antibióticos, degradación del fondo marino, y fugas periódicas de salmones, entre otras consecuencias, las cuales aumentan el área de influencia de los proyectos, más allá del lugar en el que se ubican.

“Valoramos la sentencia de la Corte Suprema, la que, por primera vez, decreta la apertura de procesos de participación ciudadana en el caso de proyectos acuícolas salmoneros. La Corte acierta en reconocer los enormes y extensos impactos que genera esta industria. Esperemos esta jurisprudencia tenga efectos en los actuales procedimientos de reclamación que se siguen tanto en tribunal ambiental como en el Servicio de Evaluación Ambiental en contra de Nova Austral, donde se pueda reconocer que, no solo sus evaluaciones carecían de procedimientos de participación ciudadana, sino que se encuentran instalados dentro de un área protegida y maritorio Kawésqar”. explica Macarena Martinic, abogada de ONG FIMA.      

Al respecto, Estefanía González de Greenpeace, señala que “es un tremendo triunfo de las comunidades que se haya reconocido el derecho a la participación, en particular en el caso de las comunidades indígenas, ya que los proyectos de salmonicultura impactan directamente en sus territorios.” No obstante, precisó, “hay que estar alerta, pues esperamos que lo mismo ocurra con los otros cinco proyectos de relocalización en la reserva nacional Kaweskar y que este sea el primer paso para que de manera efectiva se rechace la instalación de salmoneras en esta reserva. La salmonicultura es incompatible con los objetivos de creación de esta área protegida y esperamos que con el próximo gobierno esto se haga efectivo».                             

Los proyectos salmoneros que deberán someterse a procesos de participación ciudadana siguiendo lo ordenado por la Corte Suprema, consisten en proyectos de instalación fusión y relocalización de centros de cultivo de salmónidos, de la empresa Nova Austral S.A. Estos proyectos incluyen centros de engorda de salmones, artefactos navales con oficinas, bodegas, plataformas flotantes, entre otros, todos ubicados en la prístinas aguas de la Reserva Nacional Kawésqar, aledaña al Parque Nacional Kawésqar.

*Foto: Parque Nacional Kawésqar-8-©Antonio-Vizcaíno