La EAE ha tenido hasta ahora muy escasa repercusión, especialmente porque su reglamento es recién de 2015. Sin embargo, es esperable que en lo venidero sea un instrumento que empiece a tomar un lugar relevante en la política ambiental chilena y, a falta de otro tipo de herramientas, llene un vacío que produce incertidumbres y conflictos.
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