Chesque Alto: Corte Suprema puso fin definitivo a piscicultura en río sagrado

La operación de esta faena implicó poner en riesgo la cultura ancestral de la comunidades mapuches del sector y emprendimientos turísticos que dependen de la pureza del agua de los esteros Nalcahue y Los Quiques

El máximo tribunal rechazó los recursos de casación en la forma y en el fondo interpuestos por el Servicio de Evaluación Ambiental y la empresa Sociedad Comercial, Agrícola y Forestal Nalcahue Limitada, empresa que desde el año 1998 operó un proyecto de piscicultura ubicado en el río Chesque (Cheski), región de la Araucanía.

La acción fue interpuesta en contra de la sentencia que en agosto del año pasado anuló la resolución de calificación ambiental (RCA) con que operaba el proyecto, y que había sido otorgada por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) el año 2019, luego de más de 20 años de funcionamiento sin permiso ambiental.

“La nulidad de la RCA de la piscicultura Cheski Alto, sin duda que alegra y fortalece nuestro caminar en el mapuche mongen, durante años nuestros sitios ceremoniales y de sanación como es el trawunko del río Cheske y Río Nalcahue, han sido intervenidos y transgredidos, afectando a toda la biodiversidad que cohabitamos en el territorio, intentando cambiar así nuestras formas de vida”, sentenció Mónica Paillamilla.

Por su parte Juan Pailamilla de la comunidad José Caripan señaló “Es un proceso largo que ha afectado un gran tiempo nuestro río sagrado Cheski, donde se ha afectado nuestra forma de vida como mapuche, nuestra forma de mantenernos vivos como cultura, y por otro lado nuestros espacios de significación cultural han sido afectados, como el lawentuwe, Trawunko, entre otros, donde nuestros pu machi, pu lonko, vienen a buscar los lahuenes, personas, las papai, vienen a buscar el lahueen, el agua también para los alimentos, muday, la bebida sagrada también para nuestras ceremonias, todo esto ha afectado grandemente al territorio”.

Chesque Alto es una zona cordillerana de la Región de la Araucanía, donde conviven comunidades mapuches ancestrales y emprendimientos turísticos, todos quienes dependen de la pureza del agua de los esteros Nalcahue y Los Quiques, los cuales desembocan en el río Chesque en la cabecera de la cuenca del río Valdivia, lugar que además está inserto dentro de la Reserva de la Biósfera “Araucarias”.

“Esta sentencia cierra un ciclo muy largo en el que por fin la institucionalidad respondió a las múltiples denuncias y reclamos en contra de una empresa que operó por mucho tiempo sin la debida autorización ambiental, y cuando finalmente la obtuvo, esta fue sin considerar las denuncias y preocupaciones de las comunidades mapuche del sector”, señaló Antonia Berríos, abogada de la ONG FIMA, organización que acompañó a la comunidad en su defensa desde el año 2013.

Precedente respecto a las competencia de los tribunales ambientales

En su sentencia, la Corte Suprema señala que los Tribunales Ambientales son órganos técnicos creados para analizar esta materia, por lo tanto es de su competencia analizar los elementos evaluados por el Servicio de Evaluación Ambiental. La sentencia confirma que las observaciones ciudadanas durante la evaluación ambiental deben ser incorporadas también a la evaluación de los elementos técnicos, pues solo de esa manera se cumple la obligación de considerarlas debidamente.

“Este fallo implica que la piscicultura deberá pasar nuevamente por evaluación ambiental, esta vez aportando antecedentes suficientes que le permitan hacerse cargo de sus impactos” puntualiza Antonia Berríos.

Justicia para Chesque: Tribunal Ambiental anuló permiso para proyecto de piscicultura en zona cordillerana de la Región de la Araucanía

Las comunidades mapuche y los operadores turísticos del lugar habían presentado reclamaciones por la Resolución de Calificación Ambiental favorable entregada a esta iniciativa, que operó de manera irregular durante 20 años.

Agosto 2021. El Tercer Tribunal Ambiental de Valdivia anuló el pasado miércoles 25 de agosto la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) que había aprobado el proyecto “Mejoramiento Ambiental Piscicultura Chesque Alto”, iniciativa ubicada en esa localidad de la zona cordillerana de la Región de la Araucanía, donde conviven comunidades mapuche ancestrales y emprendimientos turísticos.

El proyecto preocupaba a la población del lugar por la emisión de contaminantes en el canal del río, la eliminación de residuos sólidos y el uso de antibióticos. Además, llevaba más de 20 años funcionando de manera irregular.

Luego de un análisis de las observaciones y reclamaciones de los afectados, el Tercer Tribunal Ambiental estableció que la autoridad ambiental no respondió adecuadamente a las preocupaciones que las comunidades habían manifestado por la afectación de las aguas, de su cosmovisión -íntimamente vinculada con el componente hídrico-, el valor turístico de la zona y el patrimonio cultural representado por el Trawunko y el Lawentue o Menoko, ambos reconocidos como sitios de significación cultural.

Desde el año 2013, la comunidad mapuche José Caripán con el apoyo de abogados de ONG FIMA, ha presentando distintas medidas y acciones para evitar su expansión. Sin embargo, en 2019 la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) aprobó la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto, que buscaba regularizar su funcionamiento. Ante esto, se presentaron dos reclamaciones ante el Tercer Tribunal Ambiental, en representación de las comunidades mapuche José Caripang, Gregorio Alcapan, Juan Cayulef, y otras personas naturales de habitantes de Chesque Alto: Juan Paillamilla, Mónica Paillamilla, Mauricio González, Camilo Carrillo, Ana Gallardo y Jorge Caripán.

Marcos Emilfork, abogado del área de Acceso a la Justicia de ONG FIMA, explica que no se pudo descartar que las emisiones del proyecto generaran un efecto adverso en la calidad de las aguas del estero Nalcahue y el río Chesque. “Esta sentencia es importante para las comunidades mapuche que reclamaron en contra de la calificación favorable del proyecto, porque reconoce la existencia de su cosmovisión, la que no puede explicarse ni desarrollarse sin una calidad adecuada de las aguas en el territorio en el que viven y desarrollan sus sistemas de vida y costumbres”, explicó Emilfork.

Juan Paillamilla, lawentuchefe y miembro de la comunidad José Caripán, comenta que los efectos adversos del proyecto eran tangibles: “Agua con desechos de la producción de salmones, malos olores, turbiedad y espuma, enfermando el espacio sagrado mapuche, extinguiendo algunas plantas medicinales y, más aún, contaminando nuestra agua sagrada para las ceremonias propias de nuestra cultura mapuche”. Paillamilla recuerda que fueron casi 10 años de sacrificio de las comunicades, las organizaciones y las personas naturales. «Ahora tenemos que seguir el compromiso de cuidar nuestras fuentes de agua que nos dan la vida para quienes vivimos en el territorio, agrega.

Para Hans Labra, vecino de la piscicultura, esto es un triunfo intergeneracional muy importante para la comunidad, ya que se podrá transmitir su cultura a las nuevas generaciones, dándole énfasis a la espiritualidad del territorio: “Este fallo amplía la lucha territorial a lo que realmente es el espacio del Ngen-ko, el espíritu que está dañado”.