Lanzan libro sobre el Acuerdo de Escazú y democracia ambiental en América Latina y el Caribe

El texto publicado por FARN Argentina y la Universidad Nacional del Litoral  -que explica los distintos artículos del Acuerdo de Escazú y su vital importancia- cuenta con más de treinta autores y autoras, entre las cuales se encuentra la Directora de Proyectos de ONG FIMA, Gabriela Burdiles.

Diciembre 2020. El Acuerdo de Escazú ha sido uno de los grandes temas que se ha tomado la agenda ambiental de este año, ya que luego de meses de campañas, discusiones y reuniones, se consiguió que 11 países lo ratificaran, para que así comenzara el proceso de entrada en vigencia del acuerdo. 

En este contexto, el pasado 14 de diciembre se lanzó -de manera virtual- el libro “Acuerdo de Escazú. Hacia la democracia ambiental en América Latina y el Caribe”, un texto de la Colección Ciencia y Tecnología de Ediciones UNL, que refleja cómo la crisis climática ha provocado un gran aumento en la desigualdad y exclusión de la población en el territorio lationoamericano, al mismo tiempo que profundiza y explica los artículos del acuerdo mismo, haciendo un hincapié en  la importancia de este para la correcta protección del medio ambiente y los múltiples beneficios que traería para cada país. 

El libro cuenta con un total de 34 autores y autoras, entre las cuales se encuentra Gabriela Burdiles -Directora de Proyectos de ONG FIMA- quién escribió sobre los mecanismos de acceso a la justicia incorporados en el Acuerdo de Escazú. 

El texto está disponible para ser descargado de manera virtual y gratuita en el siguiente link

Vecinos de San Bernardo y Comunidad indígena solicitan anulación de autorización Ambiental de Centro de Distribución El Peñón de Walmart

Archivo Asociación Indígena Jach'a marka

Este viernes 4 de diciembre se realizarán los alegatos en el Tribunal Ambiental de Santiago. En esta nueva instancia se hace parte de la causa la Comunidad Quechua Aymara Jach’a Marka, quienes realizan ceremonias hace más de 30 años en el Centro Ceremonial Pucará de Chena ubicado a solo 1,3 km de las instalaciones de la multinacional.

Desde el año 2015 vecinos de la comunidad Lomas de Mirasur de la Comuna de San Bernardo y de sectores de la comuna de Calera de Tango han librado una batalla judicial para defender su calidad de vida y el patrimonio cultural de la zona, los cuales se han visto altamente impactados debido a la aprobación y construcción del Centro de Distribución El Peñón de Walmart. Estas instalaciones son las más grandes de la empresa en Latinoamérica, lo que implica el tránsito constante de camiones de alto tonelaje y ruidos molestos durante todo el día. Pero este no es el único impacto, ya que en la zona también se encuentra ubicado el Pucará de Chena, centro ceremonial sagrado para la comunidad Quechua-Aymara que habita el área; motivo por el cual la Asociación Indígena Jach’a Marka se ha hecho parte en la reclamación judicial, que este viernes 4 de diciembre tendrá sus alegatos en el Segundo Tribunal Ambiental.

El Pucará de Chena se ubica a tan solo 1,3 km del Centro de Distribución de Walmart, y su valor cultural, antropológico e histórico es invaluable, siendo constantemente sub dimensionado por los titulares del proyecto. Es más, hoy es reconocido como un lugar sagrado o huaca, hallándose en su cima restos de muros y recintos de origen incaico identificados como construcciones parte de una red de sitios sagrados del Tawantisuyu.

“Hemos decidido apoyar este proceso porque consideramos que no es justo para las comunidades que una empresa multinaciona se instale haciendo prevalecer la fuerza económica por sobre la voluntad y el respeto a las comunidades, porque ese modo de actuar no es sustentable, no es respetuoso con el ecosistema, con las personas, ni lo está siendo con nuestra cosmovisión”, explica Samuel Yupanqui, Presidente de la Asociación Indígena Aymara- Quechua Jach’a Marka.

Desde la la organización indígena, agregan que la afectación que la construcción de un Centro de Distribución de las magnitudes del de Walmart interfiere con sus sistemas de vida y costumbres. A pesar de lo anterior, durante toda la evualuación Walmart omitió considerarlos dentro del área de influencia del proyecto.

Archivo Asociación Indígena Jach'a marka
Archivo Asociación Indígena Jach’a marka

Por su parte, Diego Lillo, Coordinador de Litigios de ONG FIMA, organización que está a cargo de la causa en tribunales, indicó que en la aprobación de este proyecto hubo una serie de irregularidades, las cuales se espera que ahora sean corregidas por el Tribunal Ambiental.

“Este proyecto tiene impactos que afectan drásticamente la vida de las personas que habitan el sector y de los cuales hasta el día de hoy Walmart no se ha hecho cargo, pero también fue aprobado negligentemente por parte del Servicio de Evaluación Ambiental, el cual sabiendo de la existencia del Pucará de Chena, que es directamente afectado por la implementación del Centro de Distribución El Peñon, no ordenó la realización de consulta indígena a la comunidad Indígena Aymara- Quechua Jach’a Marka Aru”, señala Lillo. “Por este motivo, hoy ellos se hacen parte de esta solicitudad de revocación de la Resolución de Calificación Ambiental del proyecto”.

Tal como expresa el abogado de la ONG FIMA, los recursos judiciales tienen como objeto que se deje sin efecto la resolución del Comité de Ministros que confirmó el año 2019 la resolución de la Servicio de Evaluación Ambiental de la Región Metropolitana que calificó ambientalmente favorable el proyecto “El Peñón” el año 2016.

“Por el resguardo de nuestras costumbres y tradiciones, por la defensa del territorio y la cooperación con los vecinos y vecinas de San Bernardo y Calera de Tango, nosotros nos hacemos parte de estas acciones para que esta empresa cumpla la normativa y las exigencias nacionales que se le están pidiendo y así también para instalar un sentido común, que no puede ser que prevalesca siempre una mirada económica por sobre el bienestar, las relaciones pre existentes, las relaciones de las comunidades con su entorno, con sus ecosistemas”, puntualiza Yupanqui.

 

 

 

 

El camino hacia una Constitución Ecológica

Bases para una nueva Constitución

“Una Constitución ecológica es aquella cuyo contenido incorpora transversalmente  y como ejes ordenadores, la protección del medio ambiente y la armonía entre la sociedad y la naturaleza”

Noviembre 2020. El triunfo del apruebo el pasado 25 de octubre de este año abrió las posibilidades de seguir soñando con un país más justo, equitativo, feliz e igualitario. Ahora es el momento de llevar al debate y luego a la realidad, las distintas visiones del Chile hacia el que queremos avanzar. La discusión y diálogo ciudadano han cambiado de rumbo, pasando del “necesitamos una nueva Constitución” a la pregunta de “¿qué Constitución necesita Chile?”. A pesar de las múltiples propuestas y visiones que puedan existir, para nosotros hay una cosa clara: la nueva Constitución debe ser ecológica, por el bien del ecosistema, las especies y todas las personas que habitan en el territorio chileno.

Pero, ¿qué es exactamente una Constitución ecológica? ¿A qué principios se refiere? ¿Por qué es tan importante? Desde comienzos de año ONG FIMA ha estado elaborando un documento con nuestra propuesta de lo que sería una Constitución ecológica, con sus aspectos generales, principios, organización del estado, derechos y acciones, entre otras informaciones, que resumen de manera fácil, pero detallada lo que sería este concepto y su adaptación en el país. Este documento nace en sintonía con la realidad chilena, adaptando cada concepto a esta, sin quedarse ajeno a los problemas que afectan a la población del país, de norte a sur, en materia ambiental.

Cabe destacar que se trata de una propuesta dinámica, que estará en constante actualización, ya que toma en cuenta conversatorios, seminarios y estudios (tanto nacionales como internacionales) sobre la temática, por lo que será actualizado aquí mismo de acuerdo a cambios que se le realicen. 

Puedes descargar el documento aquí: BASES PARA UNA CONSTITUCIÓN ECOLÓGICA v. 25.11.20 (1)

 

 

 

 

Hoy se lanza el informe «Acceso a la Justicia en Latinoamérica durante la pandemia de COVID-19»

Un grupo de instituciones conformado por ACIJ (Argentina), Dejusticia (Colombia), FIMA (Chile), LABA (Brasil), CEJA-OEA, DPLF (regional) y la Red de Empoderamiento Jurídico (global) elaboraron una encuesta de percepción dirigida a organizaciones de la sociedad civil y diversos actores que interactúan con los sistemas de justicia de la región (como universidades, abogadas y abogados, promotores y promotoras legales, centros de estudios, entre otros) para conocer la situación de acceso a la justicia en América Latina en el contexto de pandemia de covid-19, y hoy se realizará el lanzamiento del informe a través de un evento online. 

Diciembre 2020. Luego de realizar encuestas, y a partir de los resultados de estas, se elaboró el “Reporte sobre la situación de acceso a la justicia en contexto de pandemia, desde la perspectiva de las organizaciones de la sociedad civil y activistas”. De la encuesta participaron 42 organizaciones de la sociedad civil de 17 países de la región (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay, Venezuela). El lanzamiento se realizará hoy a las 12 hrs (Chile y Argentina) y será de manera online, con distitnos/as panelistas, entre las cuales se encuentra Gabriela Burdiles, Directora de Proyectos de ONG FIMA. 

La pandemia provocada por el COVID-19  profundizó aún más las desigualdades en América Latina, haciendo que los grupos vulnerabilizados se encuentren más afectados con el aumento de la pobreza y el desempleo, y con menor protección social y sanitaria . En este marco los problemas de acceso a la justicia impactaron de manera desigual y diferenciada en grupos, colectivos y comunidades en situación de vulnerabilidad.

Si bien muchas de las problemáticas son estructurales y, por lo tanto, preexistentes a la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19, es a partir de ésta y de las medidas de distanciamiento social obligatorio, de la suspensión de actividades de los órganos jurisdiccionales y del establecimiento de medidas de excepción en los poderes del Estado, que las desigualdades sociales, económicas, ambientales y políticas se visibilizan y profundizan con mucha más intensidad.

De la sistematización y análisis de la información recolectada -vinculada a la situación existente entre los meses de marzo a octubre- se identificaron patrones de vulneración de derechos que se repiten en los distintos países de la región. Por ejemplo: 

  • Casi la totalidad de los países de la región  suspendieron o limitaron las funciones del Poder Judicial, y por esto, las personas no cuentan con vías adecuadas para canalizar sus conflictos y se acentúa la no accesibilidad, asequibilidad y disponibilidad de los servicios de justicia.
  • En 12 de los 17 países analizados se adoptaron medidas de excepción constitucional y se dio un proceso de acumulación de funciones en los poderes ejecutivos y en  ocho de 17 países se suspendieron las funciones de los poderes legislativos. 
  • En la mayoría de los países se suspendieron las actividades jurisdiccionales dejando un “servicio mínimo”, sin que se reportara un aumento de la capacidad instalada de los Poderes judiciales para dar respuesta a la demanda adicional provocada por el COVID-19.
  • Los Poderes Judiciales  respondieron de manera limitada a la necesidad de generar cambios e innovaciones organizacionales y fueron percibidos por las y los encuestados como poco efectivos para resolver conflictos generados a partir de la pandemia.
  • Los procesos de incorporación de TICs se han acelerado y profundizado a partir de la pandemia en los Poderes Judiciales de toda la región, aunque sólo siete países adoptaron un enfoque diferencial buscando reducir la brecha digital. 
  • A partir de la pandemia, se profundizaron las barreras que afectan a los grupos vulnerabilizados en su vinculación con los servicios de justicia y la asistencia legal gratuita se vio afectada por la suspensión de los servicios de justicia y por los cambios en la modalidad de prestación.

A partir de los datos obtenidos, el reporte señala la necesidad de que los poderes judiciales den cuenta de las medidas que están siendo tomadas en pos de garantizar la reanudación plena del servicio de justicia. En este escenario, los distintos poderes judiciales no pueden limitarse a cumplir funciones jurisdiccionales mínimas, sino que resulta necesario que se generen y amplien sus funciones para poder dar respuesta a una emergente demanda social provocada por las medidas de aislamiento sanitario.

Las organizaciones participantes de la elaboración de este trabajo esperan que este informe regional pueda servir a las organizaciones de la sociedad civil, organismos internacionales de derechos humanos, y otros actores para incidir en las políticas y decisiones públicas locales, nacionales y regionales que tiendan a revertir algunas de la barreras que enfrentan los grupos vulnerabilizados para acceder a la justicia en este particular contexto y más allá de él. 

Además, este diagnóstico tiene el potencial de constituirse en un insumo para la elaboración de un “Acuerdo Regional por el Acceso a la Justicia” que servirá para acompañar, acelerar y potenciar los procesos jurídicos comunitarios, al igual que para aportar a los cambios institucionales, culturales y económicos que nuestros países deben realizar con miras a brindar un servicio de justicia igualitario, oportuno, de calidad, accesible y eficaz.

Inscríbete al evento de lanzamiento (16 de diciembre, 12 hrs)  aquí

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La descentralización de la lucha ambiental: Todos/as podemos ser agentes de cambio

Capacitación en Derecho Ambiental para municipios

“Los municipios enfrentan en primera línea los impactos ambientales de las diversas actividades productivas del país, y sabemos que es desde las municipalidades donde se comienza el rol fundamental de empoderar a la ciudadanía para saber cómo enfrentarlos” 

-Gloria Lillo, Coordinadora del programa Transición Socioecológica en HEINRICH-BÖLL-STIFTUNG

¿Qué es el derecho ambiental? ¿Cómo se pueden combatir de manera efectiva los impactos ambientales? ¿Qué rol pueden tener los municipios en la lucha y educación ambiental? Estas preguntas, a pesar de su importancia, no siempre encuentran respuestas, ya que a pesar de que desde las municipalidades exista un interés por solucionar conflictos ambientales , no siempre encuentran el apoyo necesario para lograrlo. La clave está en que los municipios, y funcionarios/as que trabajan en ellos, estén informados para poder enfrentarse de manera adecuada ante las problemáticas que afectan a su entorno, y así poder ayudar a las personas que viven en sus territorios. Pero, ¿cómo apoyarlos en esta tarea?

Desde el año 2013 que ONG FIMA, junto a la Fundación HEINRICH-BÖLL-STIFTUNG  y la Municipalidad de la Pintana, han realizado talleres Capacitación en Derecho Ambiental para funcionarios municipales, con el objetivo de entregar herramientas y habilidades para que desde cada municipio, los encargados de la gestión ambiental aprendan a actuar frente a las crisis y problemas, haciendo valer sus derechos al acceso a la información y justicia medioambiental. En otras palabras: que estos miembros de los municipios hagan uso de las herramientas que la legislación ambiental entrega, y se conviertan así en agentes activos del cuidado del medio ambiente, desde sus propias realidades y territorios.

“Como FIMA hemos aprendido mucho de cómo hacen el trabajo las municipalidades. No sabíamos cuales eran todas las barreras que ellos experimentan para hacer gestión ambiental, entonces estos talleres han sido una gran enseñanza”

– Gabriela Burdiles

Las instancias para compartir experiencias siempre enriquecen: lo que les ha pasado a otros puede enseñar muchas cosas, y ayudar a estar preparados ante diferentes eventualidades. Juntar a diferentes municipios bajo un mismo curso permite eso: que dialoguen y entreguen los conocimientos que le han dado sus propias experiencias. “Los funcionarios tienen la oportunidad de hacer redes, conocer las experiencias  de otros, conocer cómo se pueden hacer mejor las cosas desde los expertos y expertas invitados, desde los otros municipios”, señala Gabriela Burdiles, Abogada y Directora de Proyectos de ONG FIMA, quien ha participado de la organización de estos talleres desde su inicio en el 2013. 

Estas capacitaciones no solo han entregado beneficios a las municipalidades, cuenta Burdiles, ya que también han ayudado a entender de manera más global los problemas de cada localidad. “Se junta el conocimiento de los funcionarios y funcionarias municipales, de su quehacer municipal, en materia de gestión ambiental, con un conocimiento más desde la jurisprudencia, desde las instituciones, ese conocimiento un poco más técnico y académico”, dice Burdiles. 

La capacitación en Derecho Ambiental ha estado en deuda con la ciudadanía, ya que muchas veces esta solo se enfoca en el mundo privado o se dirige a los abogados y abogadas, con un lenguaje muy técnico que lo hace más inalcanzable. Este curso es justamente lo contrario, ya que se han especializado cien por ciento en el ámbito municipal, lo cual es muy beneficioso, ya que los municipios tienen un gran poder de gestión local, que puede ser utilizado para el cuidado del medio ambiente y de esta forma mejorar la calidad de de vida de la comuna. 

Darle las herramientas  a través de estos cursos a los municipios es un pie de inicio, ya que luego estos son los que involucran a la ciudadanía. En esta capacitación, los y las funcionarios/as municipales aprenden de manera gratuita junto a expertos y expertas en temas ambientales, que son invitados a dar estas clases. “Tenemos un módulo sobre ordenanzas medioambientales, invitamos a alguien del Ministerio del Medio Ambiente y los funcionarios y funcionarias le pueden hacer todas las preguntas que quieran, entonces después, con este nuevo conocimiento, pueden impulsar la elaboración de una ordenanza para su municipalidad”, señala Burdiles. 

Los talleres, que han tenido una duración aproximada de tres semanas cada año, con nueve módulos de clases, entregan una Certificación Ambiental Municipal, emitida por FIMA, que según cuenta Juan Pablo Sanhueza, participante de esta certificación en el año 2016, le ha permitido estar preparado para monitorear y fiscalizar su entorno, y aplicar el Derecho Ambiental en sus trabajos del día a día. “Fue una instancia bien importante para vincularme de otra forma con el derecho, que es lo que estudié, y el derecho ambiental en específico que es un área que siempre me ha interesado. Me ha permitido -en el ámbito municipal- generar asesorias ambientales de manera más útil, poder generar mejores respuestas y soluciones”, señala.  

“Las municipalidades son un actor clave en dejar de ver el planeta como una fuente inagotable de recursos, para empezar a verlo como un elemento basal y estratégico de sobrevivencia. Sin planeta no hay economía, y sin territorios, no hay planeta”

-Gloria Lillo 

Para Gloria lillo, Coordinadora del programa Transición Socioecológica en HEINRICH-BÖLL-STIFTUNG, ha sido de gran valor apoyar estos talleres, ya que según explica, los municipios son la primera línea que enfrenta los desafíos ambientales, desde el norte al sur del país, por lo que comenzar desde estos con la educación ambiental resulta esencial. “Hemos podido entregar herramientas para robustecer el rol de las municipalidades en los comités ambientales comunales, mejorando los instrumentos de planificación territorial, y creando nuevos y mejorados espacios de participación. Todo esto, con el propósito de fortalecer la democracia ambiental a nivel local”, señala Lillo.

La Fundación HEINRICH-BÖLL-STIFTUNG ha sido parte importante de la historia de los cursos, de hecho, entre los años 2014 y 2016 los talleres se realizaron en las dependencias de esta, donde participaron funcionarios municipales de las comunas de Quilicura, La Florida, Providencia, Maipú, Santiago y Cerro Navia entre otras. En el 2017, dado el éxito de los años anteriores, se decidió dar un salto hacia la quinta Región, y con el apoyo de la fundación y la Municipalidad de Valparaíso se realizaron los talleres donde participaron alumnos de las comunas de Algarrobo, Cartagena, Hijuelas, La Pintana, Nogales, Olmué, Quilpué, San Antonio, Santo Domingo, Valparaíso, Villa Alemana y Viña del Mar, una experiencia única de aprendizaje entre comunas. “Estos son tiempos interesantes y complejos, donde la preparación, las capacidades y la voluntad de construir de manera conjunta un futuro más justo es de vital importancia”, señala Lillo.

“En ONG FIMA hemos cultivado una relación de confianza y respeto con la Municipalidad de La Pintana que nos gustaría mantener en el tiempo realizando nuevas versiones de este curso, en otras regiones y comunas”

La Dirección de Gestión Ambiental de La Pintana (DIGA La Pintana) ha sido otro actor clave en la organización de las capacitaciones desde su inicio. De hecho, según explica Gabriela Burdiles, todo partió como una alianza entre FIMA y DIGA, ya que estos últimos empezaron a hacer gestión ambiental sin tener mucho financiamiento: educación ambiental con los vecinos, talleres de cómo reciclar correctamente, huertos urbanos y compostaje, siendo un gran referente de gestión ambiental a nivel municipal. “Eran actores potenciales de la defensa ambiental, a partir de esos diálogos que comenzamos a tener se les ocurrió hacer ese primer taller (2013) en La Pintana”, señala Burdiles. 

Este año 2020, la organización volvió a ser de la mano de Diga La Pintana y la Fundación HEINRICH-BÖLL-STIFTUNG y con el apoyo de la Municipalidad de Cerrillos, aunque las circunstancias fueron más desafiantes: con la pandemia, los talleres no se podían hacer de forma presencial, por lo que se realizó online, abriendo una convocatoria a los municipios de la zona metropolitana. 

A pesar de las dificultades, el taller volvió a ser un éxito. Participaron 23 comunas: Calera de Tango, Cerrillos, Colina, Estación Central, Huechuraba, La Cisterna, La Granja, La Pintana, La Reina, Lo Espejo, Macul, Maipú, María Pinto, Paine, Pedro Aguirre Cerda, Peñaflor, Providencia, Pudahuel, Recoleta, Renca, San Joaquín, San Pedro y Vitacura, y un total de 39 personas fueron certificadas por asistir  al 70% o más de las clases. Además, este año se incluyeron en el programa módulos de humedales urbanos y planificación ecológica, instrumentos de ordenamiento territorial. 

Para Gabriela Burdiles el valor de estos talleres ha sido muy importante, especialmente ahora, con el triunfo del apruebo y la puesta en marcha de una nueva Constitución. “Esta articulación a lo largo de los años  es súper valiosa para la defensa y gestión ambiental local, especialmente en este escenario donde se va a discutir una nueva Constitución. El tener presente esta discusión que vemos en los cursos municipales, los temas que vienen desde las bocas de la experiencia de los mismos municipios nos enriquece. Tratamos de mejorar, aportar en esa mejora regulatoria, pensando en la gestión ambiental local”, señala Burdiles.

 

 

 

La última mega-mina a cielo abierto de carbón y su cierre definitivo

Más de 70 personas y organizaciones de Chile y Latinoamérica esperan la renuncia definitiva a la Resolución de Calificación Ambiental e inicio del plan de cierre por parte de Mina Invierno en Isla Riesco, al tiempo que solicitan al Estado de Chile abrir nuevas formas de desarrollo basadas en energías limpias y detener las licitaciones de yacimientos de carbón como parte del plan de descarbonización nacional.

 

Santiago, 19 de noviembre 2020. Hoy, Chile vive un hito en su desafío por abandonar los combustibles fósiles, lo que podría implicar un avance sustancial en la necesaria descarbonización del país y del mundo. El pasado 10 de noviembre 2020, Guillermo Hernández, gerente general de Mina Invierno, afirmó que se encontraban en un punto de no retorno del cierre definitivo de sus operaciones mineras y portuarias en Isla Riesco. Con esto, la mina de carbón a cielo abierto más grande en la historia de Chile dejará de poner a disposición en el mercado eléctrico más de 70 millones de toneladas de carbón para abastecer a las termoeléctricas del centro y norte de Chile y exportar hacia el extranjero. Este anuncio, se hizo en el marco del proceso de cierre paulatino implementado por la empresa tras la decisión del 3er Tribunal Ambiental el 2019, después de que la Comisión Regional de Medio Ambiente de Magallanes, rechazara la Declaración de Impacto Ambiental que presentó la empresa para el uso de explosivos -tronaduras- en la extracción del carbón.

La decisión de Mina Invierno -de propiedad de los grupos Angelini y Von Appen- de terminar con sus operaciones, es una noticia positiva y necesaria en distintos ámbitos. Sin embargo, en las últimas semanas se ha observado una importante arremetida mediática de los lobistas del carbón, por lo que se hace necesario volver a recordar e insistir por qué realmente cierra Mina Invierno y las oportunidades que eso podría generar.

1. En el contexto de los esfuerzos que se están implementando a nivel mundial para terminar el uso del carbón, tener menos carbón a disposición del mercado es, sin duda, una buena noticia para no seguir profundizando las graves consecuencias que el cambio climático implica para la subsistencia del planeta y que impactan con mayor fuerza a las comunidades más vulnerables. Las y los habitantes de las zonas de sacrificio de Chile, en donde la concentración de termoeléctricas instaladas al amparo del Estado han generado graves vulneraciones de los derechos fundamentales de sus comunidades, tal como lo ha sancionado la Corte Suprema, no pueden seguir esperando.

2. Para los esfuerzos que se están haciendo en avanzar en la descarbonización del país, a través de adelantar el cierre de termoeléctricas al menos en una década. Esto considerando que Chile hoy tiene una oferta eléctrica que duplica la demanda y que según informe realizado por KAS Ingeniería y Chile Sustentable demuestra la factibilidad técnico-económica de acelerar el proceso de descarbonización, por lo que cerrar los yacimientos de este combustible es un paso coherente con la necesidad del que el país invierta en nuevas formas de desarrollo basadas en energías limpias. Por supuesto, esto debe hacerse de forma responsable, con una transición justa para las comunidades y los trabajadores, cuestión que no ha sido el caso de Mina Invierno, donde tanto la seguridad laboral como la de las comunidades, ha sido puesta en jaque debido a la irresponsabilidad de la empresa y de los gobiernos.

3. Para Isla Riesco, sobre todo considerando que el proyecto original contemplaba materializar un total de cinco minas de carbón de similar envergadura con un horizonte de extracción de más de 240 millones de toneladas de este combustible fósil. Mina Invierno significó un impacto directo de 1.500 has; tala de 400 hectáreas de bosque nativo de lenga, coigüe y ñirre; modificación de cuencas hídricas, secado de una laguna y sus ecosistemas, afectación de fauna nativa, y la peligrosa operación naviera al trasladar miles de toneladas de carbón a través del Área Protegida Francisco Coloane – donde se ubica el 1er parque marino de Chile-. Además, solo en sus cinco primeros años de operación, Mina Invierno recibió 20 cargos por contaminación e incumplimientos por parte de la Superintendencia del Medio Ambiente, sumado a otras sanciones por no pago de patentes comerciales y uso indebido de recursos públicos.

4. Para las economías locales y regionales, puesto que la transición a una economía de cero emisiones de carbono podría crear en América Latina y el Caribe 15 millones de nuevos empleos netos para 2030, según un estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). De hecho, la propia Región de Magallanes ya comienza a ser foco de nuevos proyectos de generación de energías limpias -como podría ser el hidrógeno verde en caso de demostrar ser socioambientalmente sustentable- con la posibilidad de generar miles de nuevos empleos en industrias que van en un acelerado ascenso a nivel mundial.

En suma, el anuncio de cierre definitivo de Mina Invierno es un avance en el sentido correcto para un desarrollo sostenible. Sin embargo, esto sólo se hará realidad cuando la empresa renuncie a su Resolución de Calificación Ambiental (RCA), lo que daría cuenta de una decisión que, aunque se toma por razones económicas de la compañía, iría en la dirección correcta respecto a la sustentabilidad planetaria. En este punto, las organizaciones abajo firmantes, esperamos que el cierre definitivo de Mina Invierno se haga efectivo con la implementación de un plan de cierre y hacemos un llamado al Estado de Chile a detener las licitaciones de yacimientos de carbón, entendiendo que la lucha contra el cambio climático es un tema de justicia social e intergeneracional que traspasa fronteras.

ADHIEREN:

1. 100 Murales por el Agua Provincia de Petorca

2. 350 Brasil

3. 350 Latinoamérica

4. Agrupación Ciudadana Última Esperanza

5. Alerta Isla Riesco

6. Alex Muñoz Wilson, National Geographic Pristine Seas

7. Alfonso De Urresti, Abogado y Senador por la Región de Los Ríos

8. Álvaro Nuñez Pizarro, Presidente Comité de Defensa de Pullay

9. Ariel Durán, Consejal de Coronel 10. Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA)

11. Bárbara Astudillo, Ecofeminista en Defensa de los Derechos Humanos y Naturaleza

12. Beatriz Bustos, Geógrafa, Profesora Asociada, Universidad de Chile.

13. Cada Acción Suma

14. Centro de Conservación Cetácea

15. Centro de Investigación de Fauna Marina y Avistamiento de Cetáceos (CIFAMAC)

16. Centro Ecosocial Latinoamericano

17. Chao Pescao

18. Chile Ambiente

19. Chile Sustentable

20. Ciudadanos y Clima

21. Codeff

22. Coordinadora Ciudadana No Alto Maipo

23. Corporación La Caleta

24. Corporación Privada para el Desarrollo de Aysén.

25. Daniel Elsberg, vecino Isla Riesco

26. Diego Ibáñez, Diputado por la Región de Valparaíso

27. Diputado Félix González

28. Ecosistemas

29. Enrique Acorssi, ex diputado

30. Escazú Ahora Chile

31. Escuela Agroecologica Germinar

32. Ética de los Bosques

33. Frente de Defensa Ecológico Austral

34. Fridays For Future Chile

35. Fundación Gaia Pacha, Bolivia

36. Fundación Lenga

37. Fundación Mar y Ciencia

38. Fundación Multitudes

39. Fundación Relaves

40. Fundación Territorios Colectivos

41. Fundación Trapananda

42. Greenpeace

43. Grupo Geología Ambiental de la SGCh

44. Guido Girardi, Médico cirujano y Senador por Santiago y Presidente de la Comisión de Desafíos del Futuro, Ciencia, Tecnología e Innovación

45. Hernan Mladinic, ex- Director Ejecutivo de Tompkins Conservation (2008-2018).

46. Hernán Valdenegro, Médico Veterinario

47. Despierta Mejillones

48. Jorge Canals, ex Subsecretario de Medio Ambiente

49. Jose Vera Giusti, Ingeniero Comercial, Universidad de Chile; Master of Arts in Economic Development, Boston University

50. Juan Luis Castro,Médico Cirujano y Diputado por la Región del Libertador General Bernardo O’Higgins

51. Laura Albornoz, Abogada

52. Lorena Castex, vecina Isla Riesco

53. Marcelo Mena, ex Ministro del Medio Ambiente

54. Mauricio Folchi, Historiador Universidad de Chile

55. Mejiambiente

56. Miguel Márquez Díaz, Director Ejecutivo EnergiaInteligente Ltda

57. Movimiento Ciudadano Pro Verde

58. Movimiento MOVILIZÁNDONOS por una cultura de derechos de la Niñez y Adolescencia

59. Mujeres de Zona de Sacrificio en Resistencia, PuchuncavíQuintero

60. Mujeres en Resistencia

61. Nicolas Butorovic Alvarado, Licenciado en Ciencias, Climatólogo

62. Nicolo Gligo, Ingeniero Agrónomo, Premio Nacional de Medio Ambiente 2001

63. Oceana

64. ONG FIMA

65. ONG Rebrota

66. Oscar Vargas Zec, Ex Seremi de Salud de Magallanes

67. Patagonia Limpia

68. Real Chile

69. Ricardo Celis, Médico Cirujano y Diputado por la Región de La Araucanía

70. Ríos Vivos, Colombia

71. Sociedad Civil por la Acción Climática

72. Sociedad Civil por la Acción Climática – Magallanes

73. Sociedad Civil por la Acción Climática, Antofagasta

74. Terram

75. Vigilante Costero ONG

 

 

Pronunciamiento de CANLA ante la entrada en vigor del Acuerdo de Escazú

El derecho fundamental a un medio ambiente sano sólo será posible en la medida en que se garanticen derechos procedimentales como son el acceso a la información, la participación y la justicia, pilares para un gobierno abierto, la democracia ambiental y el desarrollo sostenible. Hoy, con el paso dado por México, América Latina y el Caribe se encuentra un paso más cerca de materializar las garantías para concretar estos derechos con la pronta entrada en vigencia del Acuerdo de Escazú, a dos años de su adopción.

 

El pasado 5 de noviembre de 2020 el Senado mexicano aprobó por unanimidad el Proyecto de Ley que da vía a la ratificación de este tratado, convirtiéndose en el país número once y cumpliéndose, con ello, el requisito de países ratificantes para su entrada en vigor. Para América Latina y el Caribe es un hito histórico, pues este es el primer tratado regional en asuntos ambientales que además incluye disposiciones sobre la urgencia de proteger a las y los defensores ambientales. Además, es un acuerdo que incluye herramientas para catalizar una acción climática con un enfoque de derechos, inclusiva y ambiciosa en la región.

 

El Acuerdo de Escazú, es el resultado de un largo proceso de negociación e intercambio sobre el principio 10 de la Declaración de Río. Escazú busca avanzar hacia la plena implementación de los derechos de acceso a la información, la participación y la justicia en asuntos y decisiones ambientales, poniendo énfasis  en la perspectiva de género y las personas y grupos en situación de vulnerabilidad. Estos derechos serán fundamentales para la adecuada implementación de los compromisos asumidos por los países de la región en materia de cambio climático y biodiversidad, a nivel nacional como global. 

 

En este contexto, es importante recordar que el Acuerdo de París compromete a los Estados a promover y contar con marcos de transparencia y participación pública adecuados para la implementación de sus compromisos climáticos. Por esto, asegurar el respeto de los derechos humanos y la efectiva implementación de los derechos de acceso, como un marco de garantías básico para la toma de decisiones, debe ser parte fundamental de la acción climática.

 

El año 2020 se caracteriza por la obligación de los países de presentar nuevas o actualizadas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC por sus siglas en inglés), cuyos procesos de implementación se verán sin duda beneficiados con la entrada en vigencia de Escazú. 

 

Las organizaciones que formamos parte de CANLA felicitamos a Antigua y Barbuda, Argentina, Bolivia, Ecuador, Guyana, México, Nicaragua, Panamá, San Kitts y Nevis, San Vicente y las Granadinas y Uruguay, que ya son parte de este importante Acuerdo. Instamos a los países faltantes a su adhesión, para continuar avanzando de manera colectiva en la implementación efectiva de los derechos de acceso, una acción climática inclusiva y centrada en los derechos humanos.

 

Derechos Humanos Ambientales: Un concepto indivisible

En el contexto de los diálogos sobre una nueva Constitución y los elementos que esta debiese abordar, ONG FIMA realizó el pasado 5 de noviembre un nuevo conversatorio de “Hacia una #ConstituciónEcológica”, esta vez, enfocado en la temática de Derechos Humanos Ambientales, en el cual participaron expertos con destacada trayectoria nacional e internacional

 

Noviembre 2020. Tras el triunfo del apruebo en el pasado plebiscito del 25 de octubre, abrir el diálogo sobre las temáticas que debiese abordar una nueva Constitución es más importante que nunca. Uno de los temas recurrentes que ha surgido en torno a esto, ha sido el del rol del medioambiente en la nueva carta, y los derechos que este debiese tener expresados en ella. En este contexto, ONG FIMA ha realizado cinco conversatorios en torno a la idea de “Constitución Ecológica”, empezando en julio y la última realizada durante la primera semana de noviembre. En  esta ocasión, el diálogo estuvo enfocado en Derechos Humanos Ambientales, con cuatro expertos/as en el tema.

 Los panelistas de este último seminario fueron David Boyd, Relator Especial de la ONU de Derechos Humanos y Medio Ambiente; Valentina Durán, abogada y Directora del Centro de Derecho Ambiental de la Universidad de Chile; Natalia Alfieri, abogada, asesora independiente y ex relatora del Segundo Tribunal Ambiental; Judith Schonsteiner, Profesora asociada, Facultad de Derecho Universidad Diego Portales, quienes hablaron sobre las falencias de la actual Constitución en materia ambiental, los desafíos ecológicos de Chile, el derecho a acceder a un medioambiente sano y más, con la moderación y presentación de Diego Lillo, abogado de ONG FIMA.

Nueva Constitución: una oportunidad para ser creativo. 

“Derecho a la información ambiental, a la toma de decisiones y el acceso a la justicia  cuando se vulneran los derechos ambientales, son elementos básicos que deberían estar incluidos en la Constitución de cada país”, expresó David Boyd, al hablar sobre los desafíos a los que se enfrenta Chile en torno a la creación de una nueva carta. 

El relator de la ONU habló de situaciones únicas en la vida, y que esta era una de aquellas para Chile, ya que se trata de una muy buena oportunidad de  incluir el reconocimiento de los principios clave de los derechos ambientales, como la precaución, equidad intergeneracional, el principio de quien contamina, paga, como francia en el 2005 y protección de los defensores del medioambiente. “Es la oportunidad para ser creativos e incluir todo esto en la Constitución”, dijo Boyd.

Además, el ambientalista habló de las múltiples posibilidades de hacer frente a la crisis del cambio climático, hablando de la participación ciudadana y la creación de nuevas organizaciones que vayan en pos de la protección de la naturaleza. “Todas las personas tenemos una responsabilidad de proteger el medioambiente”, señaló, diciendo que esto es clave para el fortalecimiento de las leyes ambientales, además de la creación de un órgano independiente para la protección de la naturaleza.

“Un medio ambiente sano incluye aire limpio, agua limpia, un clima seguro, alimentos sanos y producidos de manera sostenible, ecosistemas y biodiversidad sanos y entornos no tóxicos en los que la gente vive, trabaja y juega”, informó Boyd. 

Derecho a vivir en un medioambiente sano: ¿es suficiente?

Cuando se habla del derecho a vivir en un medioambiente sano, ¿a qué se refiere esto específicamente? ¿qué es lo que se busca? Con estas reflexiones comenzó su presentación Judith Schonsteiner, para luego enfatizar en que este concepto queda corto, ya que la protección del medio ambiente requiere mucho más que un derecho antropocéntrico como el que se tiene actualmente en la Constitución chilena. 

“Si solo incorporamos lo que está en los tratados (ambientales), vamos a quedar muy cortos, porque internacionalmente, Chile no ha reconocido en ningún tratado el derecho a vivir en un medioambiente sano”, señaló la profesora asociada de la Universidad Diego Portales. “La protección del medioambiente tiene que ir más allá del interés humano”, enfatizó.

Además, Schonsteiner señaló que una nueva Constitución no es la solución a todo, ya que si los/as constituyentes no están bien informados en materia ambiental, el país podría quedar con aún menos protección a la naturaleza de la que ya existe. La académica señaló que la nueva Constitución no puede descansar sólo en el derecho internacional ambiental, ya que no protegería el derecho ambiental, sino que también debe fijarse en el derecho interno del país, incluyendo una amplia participación e información de la ciudadanía, instituciones ambientales con autonomía y eficacia y consulta indígena, entre otros aspectos importantes a destacar. 

Derechos de acceso: elemento clave en una nueva Constitución

En Chile, una de las grandes deudas en materia ambiental ha sido el acceso a la información, y Valentina Durán, abogada experta en el tema, se refirió en profundidad a esta temática durante su presentación en el conversatorio. Si bien explicó que el artículo 8 de la Constitución y la ley número 20.417 han avanzado en dicha temática, hay casos que han demostrado la debilidad, como lo fue Quintero-Puchuncaví en el año 2018, que dejó en evidencia la brecha que existe en materia de informar a la ciudadanía. “Este caso nos muestra nuestras deficiencias en materia de acceso, hubo varios recursos de protección que se acumularon, y estos se dirigieron en contra de las empresas y distintos organismos del estado. Para la corte suprema no fue posible condenar a las empresas, porque no había suficiente información, eso fue lo más dramático”, aseveró la abogada. 

En cuanto a la nueva Constitución, Durán señaló que se trata de una buena posibilidad para avanzar en temas ambientales. “Si la Constitución es un ejercicio para imaginar acuerdos para los próximos 50 años, no puede estar fuera de esa hoja en blanco la responsabilidad de hacer frente a la crisis climática y ambiental, que amenaza tan gravemente la vida del ser humano en el planeta”, destacó. 

Las dificultades de la protección ambiental

“El deber constitucional de preservar la naturaleza debe ser un piso mínimo”, señaló Natalia Alfieri, mientras presentaba sobre las Deficiencias de protección de la garantía Constitucional Ambiental, para luego describir algunos de los casos que han llegado al tribunal ambiental durante los últimos años en nuestro país.

Alfieri profundizó en el rol de los abogados en la temática de defensa ambiental, diciendo que su trabajo es clave en la lucha por integrar de mejor manera los derechos medioambientales en la Constitución y leyes. “Esto no es un juego, hay que pensar en lo que se requiere de nosotros como abogados ahora”, señaló. 

 

Este ciclo de conversatorios ha buscado ser un espacio de aprendizaje y conversación sobre temas relevantes para la discusión constitucional a nivel nacional, en la búsqueda de una Constitución Ecológica. Si no alcanzaste a verlos en vivo, todos nuestros  conversatorios están disponibles en nuestro canal de Youtube

 

 

 

¡No más zonas de sacrificio!

«Las personas que vivimos en zonas de sacrificio vivimos con el miedo de no poder hacer nada al respecto en temas ambientales» – Manuel Carvajal, de Despierta Mejillones

¿Qué son las zonas de sacrificio? ¿Se puede revertir el profundo daño ambiental que existe en estos sectores? ONG FIMA, en conjunto con Chile Sustentable, Coordinadora Despierta Mejillones y coalición Chao Carbón organizaron un conversatorio en el cual se profundizó en la temática de las zonas de sacrificio en Chile, presentando no solo los problemas, sino que posibles respuesta y soluciones al conflicto medio ambiental que afecta al país. 

Noviembre 2020. Quintero y Puchuncaví son dos ejemplos claros que dejaron en evidencia el olvido y falta de prevención por parte del gobierno y las grandes empresas termoeléctricas, que transformaron estos sectores en zonas de sacrificio, lugares donde el daño ambiental es profundo y prácticamente irreversible. Por antecedentes como este caso, fue que la primera semana de noviembre estuvo marcada por las discusiones ambientales del proyecto de Ley de Cierre de Termoeléctricas a carbón al año 2025, iniciativa que es impulsada por distintos grupos, entre ellos #ChaoCarbón, que agrupa a organizaciones a lo largo de Chile que buscan terminar con las termoeléctricas a Carbón y las zonas de sacrificio

En este contexto se realizó el conversatorio “Una nueva Constitución para terminar con las zonas de sacrificio”, organizado por ONG FIMA, Chile Sustentable, Coordinadora Despierta Mejillones y coalición Chao Carbón, el pasado 3 de noviembre. La instancia contó con la participación de Claudia Fuentes, encargada de proyectos de descarbonización en Chile Sustentable; Manuel Carvajal, de Despierta Mejillones; Doris Zamorano, dirigente social de Huasco y miembro de CRAS Huasco; Felipe Pino, abogado de ONG FIMA y Gabriela Burdiles, Directora de Proyectos de ONG FIMA. 

En el conversatorio se abordaron distintas temáticas, como los impactos ambientales negativos del desarrollo industrial, el concepto de zonas de sacrificio, los casos de contaminación ambiental de Mejillones y Huasco, y las posibilidades que trae consigo una nueva Constitución y proceso constituyente en materia ambiental. 

El contexto histórico y social de las zonas de sacrificio

En la década de los 60, en Chile se celebraba la industrialización: traía oportunidades de trabajo y era un ideal de progreso, donde se hacían grandes construcciones para impulsar el llamado Modelo de Sustitución de Importaciones, creando industrias estratégicas en el país. ¿El problema? Todo esto se hizo sin una pizca de conciencia ambiental. Así lo explicó Carolina Fuentes, experta en el tema, quien durante el conversatorio del pasado 3 de noviembre habló sobre el sacrificio socioambiental en los discursos de desarrollo y profundizó en la definición de las llamadas zonas de sacrificio. 

Fuentes explicó que el término “zona de sacrificio” no es un concepto técnico ni categoría jurídica que se pueda encontrar en una ley específica, sino más bien una denominación que ha sido utilizada en Chile -desde hace diez años aproximadamente- por organizaciones, la sociedad civil y la propia ciudadanía,  que empezaron a denunciar impactos ambientales que se venían produciendo de forma permanente en ciertos territorios, donde las poblaciones estaban sometidas a contaminación u otro impacto socioambiental. “Es una categoría social y política en construcción que sirve para denunciar -y tratar de revertir- una situación éticamente inadmisible. Son consecuencia de un estado que no ha sido capaz de hacerse cargo de estos impactos, de un mal desarrollo, de proyectos mal manejados”, dijo Fuentes. 

Por otra parte, la encargada de proyectos de descarbonización de Chile Sustentable contó que en un comienzo las zonas de sacrificio eran cinco: Mejillones, Tocopilla, Huasco, Quintero y Puchuncaví, lugares industriales con mucha presencia de termoeléctricas, fundiciones y/o  puertos, pero que en la actualidad, el concepto se ha ampliado para territorios con extrema sequía o basurales como en Til Til.

Pero, ¿qué hace que una zona de sacrificio sea denominada como tal? Durante su exposición, Fuentes indicó que hay 118 conflictos socioambientales en Chile, pero no todos estos son zonas de sacrificio, ya que para caer en esa categoría debe existir una vulneración sistemática a lo largo del tiempo, que implique que la gestión medioambiental no puede hacerse cargo, ya que la zona de sacrificio excede las competencias institucionales. 

«Hay lugares cuyos habitantes parecen haber sido condenados a vivir en un ambiente severamente contaminado. Es una vulneración de sus derechos más básicos, como salud, educación, trabajo”, aseveró Fuentes. 

La lucha del Huasco

Cuando corre viento, la contaminación en Huasco se siente más que nunca: el aire prácticamente no se puede respirar. La población vive en constante alerta, con cinco termoeléctricas en el territorio, y un vertedero de cenizas que está totalmente sobrepasado. Así indicó Doris Zamorano, habitante del Valle de Huasco, durante su presentación en el conversatorio. 

“Vivir en una zona de sacrificio significa estar con constantes malestares”, estableció Zamorano, para luego explicar que la contaminación en Huasco ha dejado severas consecuencias: las economías locales, el agua, el aire y el suelo están devastados por las industrias contaminantes. «Aquí en Huasco hay un problema de fondo, que es un problema social. Las empresas juegan con la necesidad de las personas, juegan con la promesa del progreso y desarrollo para todos, y no es así. Lo único que ganamos es enfermedades y división».

A su vez, Doris Zamorano explicó que los grupos ambientalistas del Huasco, en conjunto con la población, han hecho explícitas sus demandas por el cierre de las termoeléctricas, a pesar de que el daño ya está hecho, y que esperan que el congreso apruebe pronto la ley de cierre al 2025 de estas empresas. “Tenemos que luchar por una ley de zona de sacrificio, porque es bastante difícil vivir en una”, finalizó la activista ambiental.

El olvido de Mejillones

“Mejillones es la zona con más centrales termoeléctricas a nivel nacional, son nueve”. Así comenzó su presentación Manuel Carvajal, el defensor ambiental de Mejillones, quien luego señaló que uno de los grandes desafíos de una nueva Constitución sería justamente la solución de los problemas medioambientales que afectan a las zonas de sacrificio del país, como es el caso de la comuna de Mejillones.

Para Carvajal, el principal problema está en que las autoridades y entes reguladores no han sabido enfrentarse al problema de la contaminación, y sus continuas decisiones erradas han profundizado los conflictos. «Uno de los problemas fundamentales que tiene nuestro modelo tiene que ver con el Servicio de Evaluación Ambiental, porque este trabaja para el empresario y no en pos de la gente. No es un ente fiscalizador válido», señaló.

«Necesitamos una constitución más medioambiental, debemos alinearnos en eso. Las personas que vivimos en zonas de sacrificio vivimos con el miedo de no poder hacer nada al respecto en temas ambientales. Debemos presionar a los constituyentes, ellos son los que verán las reglas del juego en una nueva constitución», finalizó el activista de Despierta Mejillones.

#ChaoCarbón: justicia ambiental para Chile

En las pasadas elecciones del 25 de octubre el apruebo tuvo una victoria avasalladora en el país, ganando casi con un 80% del total de los votos. En las distintas zonas de conflictos ambientales de Chile el panorama no fue distinto: el apruebo ganó con casi un 90% de los votos en estos sectores, dando esperanza de que una nueva carta enfrente de mejor manera los profundos problemas medioambientales del país. 

Felipe Pino, abogado de ONG Fima, comenzó su presentación en el conversatorio señalando estos datos, para luego adentrarse en el concepto de justicia ambiental: “se refiere a la distribución equitativa de las cargas y beneficios ambientales”. Las cargas, en este caso, serían los riesgos y costos de las actividades que afectan al medioambiente -como termoeléctricas a carbón- mientras que los beneficios son los servicios ecosistémicos aprovechables por las personas, como el agua y alimentos. La justicia ambiental significaría también, que las personas cuenten con una participación activa en la toma de decisiones ambientales, asegurando su derecho de acceso.  

Luego de esto, Pino se refirió a la presencia del medioambiente en la actual Constitución, señalando que no es suficiente, ya que se trata de una manera muy amplia, sin especificar en detalles. Por otra parte, el abogado de Fima señaló que el concepto de contaminación es ambiguo en la ley, lo que ha permitido aprovechamientos por parte de distintas empresas, haciendo que los conflictos ambientales escalen a mayor velocidad, afectando a un gran número de personas. 

“El cambio está en el proceso constituyente”, sostuvo Pino, quien después explicó que la reformulación de la garantía constitucional para vivir en un medioambiente libre de contaminación, y la incorporación del concepto de justicia ambiental  como principio constitucional, son los primeros pasos para una actualización de la institucionalidad y legislación ambiental. 

Una Constitución Ecológica no significa el fin de las zonas de sacrificio, pero si un cambio en el modelo que sostiene a estas. Si o si va a ser la primera piedra para asentar una nueva relación entre la sociedad y el medioambiente. Es un momento histórico que tenemos que aprovechar, no podemos esperar más para tener una Constitución ecológica”, señaló.

El conversatorio quedó grabado y disponible para su reproducción en el canal de Youtube de ONG FIMA, y puedes verlo aquí.

 

 

 

 

 Acuerdo de Escazú: ¡Ahora más que nunca! 

¡Viva México! ¡Viva América Latina y El Caribe!

Con la ratificación de México, se hace más evidente la ausencia de Chile en esta etapa inicial, obligando al país a sumarse tardíamente

El jueves, por unanimidad, el Senado mexicano ratificó el Acuerdo de Escazú. Con esto, sumado a la de Argentina, se cumple el requisito de 11 ratificaciones  para su entrada en vigencia. Es decir, 90 días después de que el documento sea depositado en la ONU por parte de estos Estados, América Latina y El Caribe, tendrán el primer acuerdo regional sobre Acceso a la Información, Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales.

México reafirma su voluntad de fortalecer la democracia ambiental y en particular en la protección de los y las defensores ambientales, en un país con una de las tasas más altas de asesinatos en la región. 

Sin duda esta es una gran noticia, no solo para los mexicanos y su medio ambiente, sino para todo el mundo, pues muestra el logro de un amplio consenso sobre que la mejor manera de tratar los asuntos ambientales, es a través de la democracia y esto solo se alcanzará entregando más y mejores herramientas para todos/as los actores de la sociedad. 

Esta decisión del Estado mexicano contrasta con la de el gobierno de Chile, que propuso y lideró el Acuerdo durante toda su negociación y que en septiembre de este año, señaló que no firmaría, ignorando cómo avanzaba el proceso de ratificación.

 A  pocos meses de que el Acuerdo de Escazú entre en vigor, la postura del gobierno de Chile es insostenible. Estamos perdiendo la oportunidad de estar dentro de los países que crearán las bases de la ejecución de este tratado. Estamos perdiendo años de participación en un proceso. Pero por sobre todo, estamos perdiendo tiempo para la protección del medio ambiente y de nuestra gente.

Hacemos un nuevo llamado a las autoridades e insistimos que el gobierno de Sebastián Piñera esté a la altura de las circunstancias y reconozca que el Acuerdo de Escazú avanza por la senda correcta, y que es la oportunidad de ser reconocido como impulsor y parte de los países fundantes de la democracia ambiental para América Latina y el Caribe. 

Andrea Sanhueza, Representante del Público para el Acuerdo de Escazú

Constance Nalegach Romero

Verónica Delgado Schneider

Valentina Durán Medina

Alerta Isla Riesco

Amnistía Internacional Chile

CODEFF

Escazú Ahora Chile

Fundación Espacio Público

Fundación Humedal Nativo

Fundación Terram

Greenpeace

Observatorio Ciudadano

ONG CEUS Chile

ONG FIMA

Sociedad Civil por la Acción Climática (SCAC)

SCAC Magallanes

SCAC Antofagasta