Por Estefanía González (Greenpeace Chile) y Sofía Barrera (ONG FIMA)
Sr. Director: En relación a las controvertidas acusaciones realizadas por Cooke Chile a la SMA durante la última semana, es importante recordar que esa empresa productora de salmones, enfrenta desde 2021 un proceso sancionatorio por infracciones en tres centros de cultivo, con nueve cargos por serios incumplimientos ambientales, entre los que destacan sobreproducción, instalación de jaulas fuera de su concesión y, lo más grave, elusión al SEA, al realizar siembras sin autorización. Es por ello que resulta absurda la acusación de que la autoridad tendría «razones ideológicas» para prohibirles la siembra de salmones. Es evidente, que ante un infractor contumaz como la empresa a la que representa el señor Parodi, la SMA debe cumplir con su mandato de fiscalizar y sancionar. Esta victimización no es otra cosa que un nuevo (y desesperado) intento de evadir su responsabilidad respecto a los daños ambientales ya provocados. Es fundamental que la institucionalidad siga velando por el cumplimiento de la normativa, y que la empresa asuma las consecuencias de sus malas acciones en lugar de desinformar a la opinión pública.
Por Felipe Pino Zúñiga, coordinador de Programa en ONG FIMA
Sr. Director:
El apagón nacional de este martes es un ejemplo “de libro” de un sistema energético poco resiliente. Sin embargo, se asoma una confusión entre resiliencia y eficiencia en el debate posterior. Estas aptitudes, aunque conectadas, no son lo mismo.
Los “permisólogos” no demoraron en señalar que la vulnerabilidad de nuestro sistema energético responde a “trabas burocráticas” que la institucionalidad ambiental pondría al desarrollo de proyectos de generación y transmisión energética.
No confundamos peras con manzanas. Es cierto que la transición energética de nuestro país debe mejorar su infraestructura para evitar vertimientos de energías renovables, pero no toda propuesta de infraestructura es un aporte significativo a en términos de resiliencia, ni mucho menos a la sustentabilidad.
La vulnerabilidad de nuestro sistema energético tiene nombre y apellido: centralismo energético. Más de 3.000 km de líneas de transmisión, operados con mínimo presupuesto desde la comuna de Pudahuel. Por ello, proyectos como los polos de generación renovable en Antofagasta y Magallanes, y su inclusión mediante líneas de transmisión de gran escala -como el proyecto Kimal-Lo Aguirre- no solucionan el problema de fondo.
A pesar de aquello, la descentralización ha ido perdiendo prioridad en la transición energética del país, a pesar de las oportunidades que las tecnologías renovables ofrecen. Un sistema energético vulnerable es uno que no puede garantizar la dignidad humana y las necesidades de las personas. Lo que hoy fue un fallo circunstancial, mañana podría ser una constante en un Chile que proyecta un aumento de fenómenos climáticos extremos, acompañado de miles de hogares a luz de las velas.
La empresa incumplió su Resolución de Calificación Ambiental (RCA) durante 2020 y 2021.
Febrero, 2025. El Tercer Tribunal Ambiental acogió un recurso de ilegalidad contra el Programa de Cumplimiento de la planta procesadora de salmones Dumestre, de la empresa Australis Sea Food, ubicada en Puerto Natales. Con ello, ordena la reanudación del procedimiento sancionatorio en su contra.
Durante la etapa de construcción de la planta, la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) recibió una serie de denuncias porincumplimientos ambientales. Las fiscalizaciones comprobaron que la empresa extrajo áridos de canteras no informadas en su Resolución de Calificación Ambiental (RCA) y desvió el tránsito de camiones por rutas no autorizadas, como la zona de interés turístico Torres del Paine y la costanera de Puerto Natales, provocando también un considerable aumento del tráfico de camiones. Además, se constató que la empresa intervino un área mayor a la autorizada, sin restaurar la capa vegetal afectada.
Ante esto, la SMA formuló cargos contra Dumestre, calificando estas acciones como graves y leves. En respuesta, la empresa presentó un programa de cumplimiento para evitar sanciones, el cual fue aprobado por la SMA en marzo de 2024.
Sin embargo, desde ONG FIMA en representación de Loreto Vásquez, representante de A.C.U.E. y vecina de Puerto Natales, impugnó la decisión de la SMA ante el Tercer Tribunal Ambiental, argumentando que el programa de cumplimiento no era válido, ya que los daños ya habían ocurrido en la fase de construcción y no podían ser corregidos en la etapa operativa.
En su sentencia, el Tribunal acogió la reclamación obligando a la SMA a retomar el procedimiento sancionatorio contra Dumestre. Esto debido a que el Plan no cumplía con el criterio de eficacia ya que no garantiza el retorno al cumplimiento de la normativa ambiental. Además, señaló que la obligación incumplida, como el uso de rutas no autorizadas, solo pudo haberse corregido durante la fase de construcción, por lo que pretender subsanar en la fase de operación era inviable.
“Este fallo sienta un precedente clave en fiscalización ambiental, destacando que los Planes de Cumplimiento deben evaluarse en detalle, especialmente su eficacia para determinar si la obligación puede cumplirse o no” comenta Sofía Barrera, abogada y encargada de litigios en ONG FIMA.
Por Ezio Costa, Director Ejecutivo de ONG FIMA y Abogado de Oceana y Alianza Humboldt.
Para analizar los recientes acontecimientos en el caso Dominga, es necesario recordar que los Tribunales Ambientales son principalmente tribunales contencioso-administrativos, su labor es revisar actos de la Administración del Estado. Además, sus ministros no son jueces de carrera, sino profesionales (dos abogados/as y uno/a de carrera asociada a las ciencias) nominados para esos cargos.
Por buenas razones, esas personas y esos tribunales no pueden decidir si una actividad está permitida o no, así como tampoco sus condiciones, sino que sólo puede juzgar si el resultado al que ha llegado la Administración es legal o ilegal, y en su caso anularlo y ordenarle que repita una parte del proceso. Eso es prácticamente un consenso en los estudios del derecho administrativo, se discutió claramente al crear los tribunales y lo dice expresamente la ley. Por lo mismo y como corresponde, nunca un Tribunal Ambiental había traspasado ese límite, hasta ahora.
La sentencia del Primer Tribunal Ambiental, y sobre todo la resolución del procedimiento de cumplimiento de esa sentencia, ha dejado en claro que este organismo decidió darse facultades que la ley no le otorga. Este actuar ha sido alentado por medios y comentaristas queen favor de cualquier inversión se disponen a sacrificar el estado de derecho y sus procedimientos diseñados para proteger bienes jurídicos como la vida, la salud, la propiedad, el patrimonio nacional y el medio ambiente. Una parte del poder económico está, junto a estos fallos, desafiando al Estado de Derecho y comunicando que si “la ley no se los permite, peor para la ley”.
Por Sofía Barrera, encargada de litigios en ONG FIMA
Señor Director:
La historia del proyecto Dominga de Andes Iron se viene contando desde el año 2013. Sin embargo, el pasado 9 de diciembre una nueva arista ha hecho que este caso esté poniendo en jaque la estabilidad de nuestra institucionalidad ambiental.
Mucha tinta se ha derramado para analizar los distintos pronunciamientos de organismos técnicos, algunos de ellos hablando de una supuesta “creatividad” por parte de quienes han opinado profesionalmente que este proyecto no es viable. Poco se ha planteado respecto al exceso “creativo” en el cual ha incurrido el Primer Tribunal Ambiental, que en su fallo de finales del año pasado y en la resolución liberada esta semana, se extralimita no solo con la dictación de condiciones más allá de lo que la ley lo autoriza, sino también creando un procedimiento ad hoc para el cumplimiento de su propia sentencia.
La Corte Suprema ha sido enfática en su reciente fallo Rol N°16.514-2024: los Tribunales Ambientales no son evaluadores técnicos ni reguladores ambientales, su rol se limita a la revisión de la legalidad, proporcionalidad y razonabilidad de los actos administrativos. Asimismo, advierte sobre los peligros de que un Tribunal Ambiental actúe como un verdadero regulador, señalando que debe evitarse el “reemplazo” de decisiones administrativas, como en su momento se evitó en la tramitación de la Ley N°20.600. Estos límites son abiertamente ignorados por el Primer Tribunal Ambiental en esta oportunidad.
El proyecto minero portuario Dominga ha sido rechazado cuatro de las cinco veces que ha sido conocido tanto por la Comisión de Evaluación de Coquimbo, como por el Comité de Ministros, siendo aprobado únicamente en el gobierno del expresidente Sebastián Piñera – investigado por conflicto de intereses por la venta del proyecto a fines de 2010 en un paraíso fiscal, particularmente por una cláusula que amarraba parte del pago a que su primer gobierno no decretara la protección del Archipiélago de Humboldt-.
No es casualidad que haya sido mayoritariamente rechazado. Sus propuestas para evitar impactos y afectaciones al medio ambiente -como un “plan de prevención de contingencias y emergencias del proyecto” débil y mal diseñado para hacerse cargo del riesgo de derrame de hidrocarburos- no son suficientes para proteger un ecosistema único como el Archipiélago de Humboldt. Estamos hablando de especies endémicas, de un sistema de vida que depende de su economía local tradicional, así como de ecosistemas valiosos que no tienen otra oportunidad si el daño ocurre.
Podemos discutir la calidad de las resoluciones que han rechazado el proyecto desde un punto de vista técnico, es parte del proceso. Lo que a nuestro juicio no parece discutible, es que los Tribunales Ambientales actúen fuera de la ley. Dejar pasar esto, marcará un punto de no retorno y no habrá sistema ambiental que resista, ni biodiversidad que sobreviva. Y eso, no es creatividad, es imponer de manera ilegal un procedimiento ad hoc para el caso concreto, y a todas luces una pésima señal de la justicia chilena a la confianza de su ciudadanía y democracia.
Desde agosto de 2024, Marcos Emilfork, Coordinador Jurídico de ONG FIMA, es parte del Consejo Nacional de Desarrollo Territorial (CNDT), organismo que asesora al Presidente en políticas de desarrollo urbano, rural y ordenamiento territorial. Con su participación en subcomisiones temáticas, busca aportar en protección ambiental, participación y gobernanza.
Ante la creciente complejidad de los desafíos territoriales en Chile, repensar la planificación urbana y rural se vuelve necesario. El país enfrenta problemáticas que van desde el incremento de familias residiendo en campamentos, la ocupación de áreas expuestas a desastres naturales hasta la proliferación descontrolada de parcelaciones rurales, entre otras. Este escenario exige políticas públicas que reconozcan la diversidad de realidades en cada zona, promuevan la descentralización y abran espacios de diálogo para la construcción de soluciones integrales.
En este contexto, el Consejo Nacional de Desarrollo Territorial (CNDT) fue creado en 2023 como un organismo que reúne a 49 integrantes del sector público, la academia, gremios y la sociedad civil, con el fin de asesorar al Presidente de la República para la implementación de la Política Nacional de Desarrollo Urbano (PNDU), la Política Nacional de Desarrollo Rural (PNDR) y la Política Nacional de Ordenamiento Territorial (PNOT). Para ello, la discusión en el CNDT apunta a generar instrumentos y herramientas que consideren la singularidad de cada región, permitiendo decisiones acordes a cada territorio.
El rol de ONG FIMA
Tras un proceso electoral de 2024, ONG FIMA, en conjunto con la Fundación Basura, fue elegida como parte de las organizaciones de la sociedad civil que participan activamente en las discusiones y subcomisiones del CNDT.
Para el trabajo de ONG FIMA, ser parte de este espacio es de gran importancia, especialmente en los debates que abordan la actualización de políticas de desarrollo urbano y estrategias para mitigar los efectos del cambio climático. En este sentido, la participación de Marcos Emilfork, apunta a contribuir a que las políticas territoriales integren los retos ambientales y climáticos, sin desvirtuar el enfoque en la sostenibilidad y la equidad.
“Estamos trabajando desde hace un par de meses en subcomisiones temáticas. Son ocho y ONG FIMA participa en la subcomisión relacionada a temas ambientales y en otra subcomisión relacionada a temas de participación y gobernanza, donde justamente la idea es elaborar, definir objetivos generales, específicos y lineamientos para concretizar estas políticas y que puedan ser operativas a lo largo de los años”, explica Marcos Emilfork.
Marcos Emilfork, Coordinador Jurídico de ONG FIMA y consejero del CNDT
Entre las prioridades de estas subcomisiones se encuentra la protección de ecosistemas, gestión sostenible de recursos y promoción de una gobernanza inclusiva. Para ello, los diversos actores trabajan en la creación de herramientas que respondan a los conflictos territoriales derivados de fenómenos como el cambio climático y el desorden en el desarrollo rural.
Desafíos y proyecciones
Por otra parte, uno de los mayores retos del CNDT es la actualización de la Política Nacional de Desarrollo Urbano (PNDU), que desde su creación en 2014 no ha integrado adecuadamente temas como el cambio climático, la mitigación ante desastres o la integración entre áreas urbanas y rurales. Al respecto, ONG FIMA busca contribuir a esta revisión, reconociendo que la planificación debe adaptarse a las realidades actuales para ser efectiva.
“Se espera poder terminar el trabajo de actualización y definición de objetivos y lineamientos asociados a la Política Nacional de Desarrollo Urbano. Probablemente después pasaremos a discutir lo mismo en torno a la Política Nacional de Desarrollo Rural y la idea en definitiva sería lograr documentos consistentes. Políticas que estén legitimadas por cada uno de los estamentos, gremios y finalmente consejeros quienes son los que discuten y participan en esta instancia para lograr en definitiva que los espacios de toma de decisiones y también reformas legislativas y normativas necesarias puedan ser ajustadas conforme a estos lineamientos”, puntualiza el abogado.
El trabajo del CNDT y de sus integrantes es un esfuerzo para avanzar hacia una planificación territorial que sea equitativa, descentralizada y sostenible, atendiendo las diversas realidades de las comunidades a lo largo del país.
Por Ezio Costa Cordella, Director Ejecutivo de ONG FIMA, abogado de Oceana y Alianza Humboldt
Señor Director,
No es un misterio la complejidad del caso Dominga. Causas administrativas, recursos de protección, casaciones y apelaciones en paralelo. Expedientes que se retrotraen múltiples veces, nuevos brazos procedimentales que a la vez se bifurcan en la medida que las resoluciones se van haciendo más complejas, las indefiniciones más grandes y los caminos más inciertos. La causa ha estado varias veces en Contraloría, tres en el Tribunal Ambiental, dos en la Corte Suprema, ha sido objeto de investigaciones por la Cámara de Diputados e incluso es parte del acervo de los Panamá Papers y desde ahí, a una causa penal en que se sobresee al expresidente Piñera por causa de muerte, para que luego apareciera en el caso Hermosilla.
Tampoco es un misterio la tensión política. Ministros que renuncian para defender al empresariado en el gobierno de Bachelet, demoras inexplicables en el de Piñera, expresiones de campaña en el de Boric. Y a nivel local, la tensión ha sido aún más desgarradora. A propósito de grandes campañas por parte de la minera, hoy nos encontramos con un tejido social muy dañado, cuestión que probablemente ha sido el peor efecto de este caso.
Y la historia quizás recién entra en tierra derecha. Por distintas vías, la Suprema deberá conocer de las resoluciones dictadas por el 1er Tribunal Ambiental en un claro abuso de la ley. Abuso que puede ser entendido por el propio tribunal como una forma de concluir un asunto que lleva demasiadas vueltas, pero cuyo sustento jurídico es muy débil y que pone demasiado en riesgo. De universalizarse significaría un cambio radical y de facto para toda la litigación ambiental, y de singularizarse significaría un trato preferente que no resiste análisis desde el punto de vista de la igualdad ante la ley, una de las pocas bases de convivencia que nos va quedando.
Por lo mismo, los capítulos que quedan por escribirse son fundamentales y su resolución marcará el futuro de los conflictos ambientales, pues comunicará si aún es posible confiar en el Derecho.
Publicada anualmente, cuenta con dos secciones: estudios y comentarios de jurisprudencia.
Febrero, 2025. Se ha abierto una nueva convocatoria para la edición número 17 de la Revista Justicia Ambiental, invitando a académicos, profesionales y organizaciones a enviar artículos sobre justicia ecológica, antropoceno, giro ontológico y transición ecológica.
Esta iniciativa, impulsada por ONG FIMA en colaboración con la Fundación Heinrich Böll Stiftung, busca fomentar el desarrollo del Derecho Ambiental y el debate crítico en torno a temáticas fundamentales para la justicia ambiental. La revista, que se publica anualmente desde 2008, está compuesta por dos secciones: estudios y comentarios de jurisprudencia.
Las y los interesados podrán enviar artículos para ambas secciones desde cualquier disciplina académica, siempre que aborden cuestiones relacionadas con la justicia ambiental. Entre los temas de interés se incluyen la transición justa, regulación ambiental, energías y derecho ambiental, institucionalidad ambiental, bienes comunes y propiedad, nuevas formas de economía, participación ciudadana, ordenamiento territorial, gobiernos locales, derecho a la ciudad, derechos humanos ambientales, derechos de la naturaleza, cambio climático, biodiversidad y protección de ecosistemas como humedales y zonas marinas, entre otros.
Las postulaciones deberán enviarse en dos archivos separados: uno con la obra anonimizada y otro con los datos del autor o autora (nombre y afiliación académica). Ambos deben ser enviados al correo revista@fima.cl antes del 16 de marzo de 2025.
Para conocer las instrucciones detalladas sobre formato, extensión y normas editoriales, visita el siguiente enlace: Normas para autores.
También puedes encontrar más información y conocer las ediciones anteriores de la revista en www.revistajusticiaambiental.cl
¡Participa y contribuye al debate sobre justicia ambiental!
La Corte Suprema acogió un recurso de protección interpuesto por comunidades de la región de La Araucanía contra la piscicultura Chesque Alto, que opera desde 1998 sin contar con Resolución de Calificación Ambiental.
Enero, 2025. Chesque Alto, zona cordillerana de la Región de la Araucanía, forma parte de la Reserva de la Biósfera “Araucarias”, cercano al parque Nacional de Villarrica y en la orilla del volcán del mismo nombre (Rukapillan en mapudungun). Allí conviven comunidades mapuches y emprendimientos turísticos que dependen del Esteros Nalcahue y el Río Chesque. Además, el río es parte de la norma secundaria de calidad de la aguas, de la cuenca del río Valdivia.
Desde hace años, la comunidad ha denunciado la contaminación de este cuerpo de agua producto de la actividad de la empresa “Acuícola e Inversiones Nalcahue Limitada”, una piscicultura de salmónidos que funciona desde 1998 en el lugar sin Resolución de Calificación Ambiental, ya que vertía los residuos de su producción a pocos metros de un sitio ceremonial mapuche.
“Nuestras familias han vivido y trabajado junto al río (Leufu Chesque) desde siempre y el impacto que esta empresa causó a nuestras comunidades no es solo material y económico, sino que también cultural y espiritual. Por eso estamos satisfechos de que finalmente la Corte Suprema haya acogido esta demanda y terminado con la amenaza que implica salmonera”, señalan Juan Huilipan de la comunidad Gregorio Alcapan y Juan Paillamilla, de la comunidad José Caripan y quien también es también agente de salud mapuche.
Si bien contó con una Resolución de Calificación Ambiental el año 2019, esta fue revocada el 2021 por no haberse evaluado correctamente las consecuencias del vertimiento de residuos industriales en el Estero Nalcahue. Pese a ello, la empresa continuó operando, lo que generó mayores vertidos contaminantes y conflicto con las comunidades locales. Es por ello que las comunidades presentaron un recurso de protección para solicitar que, mientras no se otorguen los permisos pertinentes, se suspenda el vertimiento de químicos contaminantes en el río, lo que afecta su salud y el desarrollo de ritos y actividades ceremoniales.
“Este fallo es un triunfo para las comunidades de Chesque Alto y Hualapulli, quienes llevan años insistiendo ante la institucionalidad ambiental para pedir algo tan sencillo: la evaluación ambiental de la industria que contamina su río. La Corte es clara en su sentencia al señalar que los organismos especializados deben actuar de forma oportuna, de lo contrario se vulneran derechos fundamentales”, comenta Antonia Berrios, Coordinadora General de ONG FIMA y abogada de la Comunidad.
La Corte no solo revocó la decisión de la Corte de Apelaciones de Temuco, que había desestimado el caso, sino que también destacó la importancia de dar celeridad a la tramitación de denuncias ambientales. La Corte, además, ordenó a la Superintendencia de Medio Ambiente que resuelva el procedimiento sancionatorio contra la empresa en un plazo de 90 días, y que tome las medidas necesarias para resguardar la salud de la población y el medio ambiente, determinando que este organismo debe coordinarse con otras autoridades pertinentes y, en caso necesario, oficiar a la Contraloría General de la República para que realice las fiscalizaciones correspondientes.
Las organizaciones firmantes rechazamos las declaraciones emitidas por José Antonio Kast el pasado domingo 12 de enero en el programa Mesa Central de Canal 13. Es inaceptable que figuras públicas, con incidencia política y social, promuevan ideas que atentan contra el ejercicio de la democracia y los Derechos Humanos, y, en este caso, amenacen a trabajadores públicos, a dirigentes sociales y a ciudadanos con arrebatarles sus fuentes de trabajo o expulsarlos del país por el simple hecho de cumplir con su trabajo y misión. Este tipo de mensajes evocan episodios lamentables de nuestra historia que no debemos permitir que se repitan: afortunadamente, los tiempos en que el Estado chileno exilió y exoneró a personas por no compartir las ideas de sus gobernantes quedaron en el pasado.
Matías Asun, como líder de Greenpeace Chile durante más de 10 años, ha dedicado su vida de manera pacífica y legal a la defensa del medio ambiente. Su trabajo se ha enfocado en promover la protección de los ecosistemas y denunciar proyectos que generan impactos devastadores para la naturaleza y las comunidades locales. Su compromiso y labor son un aporte fundamental para avanzar hacia un futuro más sostenible y justo, por lo que el libre ejercicio de su labor y el nuestro no sólo debiese estar garantizado por el Estado, sino que además debe ser fomentado y protegido por él, tal como se comprometió al adherir al Acuerdo de Escazú.
Reafirmamos nuestro apoyo y solidaridad con Matías Asun -y con todas las personas que día a día defienden nuestra naturaleza y ecosistemas- y hacemos un llamado a las autoridades, líderes de opinión y la ciudadanía a condenar aquellos discursos que dividen y que buscan deslegitimar causas esenciales como la justicia ambiental.
Convocamos a los medios de comunicación serios a no dar tribuna a estos discursos de odio que solo buscan afectar la paz social y sacar réditos de corto plazo, pero cuyos impactos calan profundamente en nuestro sistema democrático. Asimismo, denunciamos la arremetida mediática en contra de organizaciones ambientales, la cual ha aumentado sistemáticamente en nuestro país y en el mundo. Frenar las noticias falsas o sacadas de contexto es una responsabilidad y un deber de cada uno de los actores de esta sociedad.
Por nuestra parte, seguiremos trabajando unidos por la defensa de la democracia, los Derechos Humanos y el medio ambiente.
Adhieren a esta declaración 130 organización y más de 370 personas de todo Chile:
Agrupacion Aisen Reserva de Vida – Agrupación Multicultural Todas las Artes – Alerta Isla Riesco – Alianza territorial para la naturaleza y la biodiversidad – Fundación Lenga – Amigas y Amigos de la Naturaleza – Amnistía Internacional – Artesanas y tejedoras Ensenada – Asamblea El Manzano – Asociación Chilena de Voluntarios – Asociación de Chilenos de Basel(Suiza) – Asociación indígena multicultural ecológica costera inti chupika – Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA) – Aula de Mar – Canelo de Nos – Capsis – Catemu en Movimiento – Cedem – Centro Cultural Caleta Horcón – Centro cultural social y deportivo Rafael Pizarro Alvarado – Centro Cultural y de Información El Monte – Centro Ecuménico Diego de Medellín – Cerefan – Cerro Navia Somos Todos – Colectivo Cine Forum – Colectivo Fidelistas por siempre – Colectivo Teológico 14M – Comisión Chilena de Derechos Humanos – Comité Pro Defensa de la Fauna y Flora, Codeff – Comité Unión Diguillín – Comunidad Amanecer – Comunidad El Ciruelo Sur – Comunidad kawesqar at’ap – Comunidad Kawésqar Grupos Familiares Nómades del Mar – Comunidad Mapuche Huilliche PEPIUKELEN – Coordinadora Defensa Akunkawa – Coordinadora nacional contra Aguas San Isidro – Coordinadora Tocopilla Digna – Corp. Comuna Nueva – Corporación Artistas Pro Ecología – Corporación Camino a Farellones – Corporación Chelenko – Corporación Defensa de la Cuenca del Mapocho – Corporación El Canelo – Corporación Innovación y Ciudadanía – Corporación La Caleta – Corporación Mujeres Siglo XXI – Corporación por la Preservación y Rehabilitación de la Fauna Andina (CEREFAN) – Corporación Privada para el Desarrollo de Aysén – Defensa Ambiental Región de Coquimbo – Defensoría Ambiental ONG – Departamento DDHH, Medio Ambiente y Biodiversidad COLMED Valparaíso – EcoWiluz AgroEcologia y Soberanía Alimentaria – Escazú Ahora Chile – Escuela Permanente PRAIS – Estero de Limache Sin Acueducto – Federación Regionalista Verde Social – Federación Regionalista Verde Social – Frevs Ñuble – Fundación Achercándose – Fundación Aulas de Cambio – Fundación Aysenda – Fundación Chile Sustentable – Fundación Chile Verde – Fundación Ciudadanos y Clima – Fundación ecociencias – Fundación Glaciares Chilenos – Fundación Lenga – Fundación Newenko – Fundación Ngenko – Fundación Nueva Educación y Sociedad, FNES – Fundación Ojos de mar – Fundación Origen – Fundación Pensamiento Verde – Fundación Protege los Molles – Fundación RedFe – Fundación Rewilding Chile – Fundación Ruta de la Paz – Fundación Tantí – Fundación Terram – Futaleufú Riverkeeper – Conadecus – Instituto de Ecología Política – Junta de vecinos Parque Quillay – Justicia y Paz, Iglesia Aysén – Kolectiva Feminista Gloria Lagos Nilsson de Puerto Williams – Las Ecológicas de Porvenir Alto – Latinas por el Clima – Mi comuna eco-lógica – Ministerio Ecológico Presbiterio de San Juan – Modatima Antofagasta – Modatima Punta Arenas – Movimiento no más anglo – Movimiento por la defensa del acceso al agua, la tierra y el medioambiente (MODATIMA) – Movimiento Social en Defensa del Río Ñuble – Mujeres de Zona de Sacrificio en Resistencia Puchuncavi-Quintero – Mujeres en Resistencia Chile – Mujeres por el Buen Vivir – No a Comahue – No Alto Maipo – Ñuble Libre – Observatorio de Género y Equidad – Oceana – ONG Defensa Ambiental – ONG Ecosistemas – ONG FIMA – ONG Playeras – Plataforma de acción y educación para el resguardo ambiental y social – ONG Uno Punto Cinco – Orden Franciscana Seglar – Otros Cruces – Parlamento Ambiental Ciudadano – Parque Comunitario Panul – Parque Puerto Fonck – Plastic Oceans Chile – Red de Acción por los derechos ambientales RADA – Red de Humedales de Chile – Red por la Defensa de la Precordillera – Revista Pantana – Ruteros – San Antonio Ambiental – Sitio de Memoria Irán 3037- Sociedad Civil por la Acción Climática de Magallanes – Somos Biodiversidad, de cordillera a mar – Somos Cuencas – Sphenisco Chile – Taller de buceo Kawésqar kskoi – Tu Aldea – Veeduria Ambiental Chinchina Caldas Colombia – Voluntariado IESA Contigo – Wanaku Akunkawa