[/caption] El pasado jueves 4 de marzo por la mañana partió desde las oficinas de FIMA la primera caravana de ayuda para las localidades de Pelluhue y Curanipe, coordinadas por el Vigilante Costero Maule Itata. Tras la recolección de donaciones organizada por FIMA, la que contó con la importante colaboración de los grupos scout de los colegios Internacional SEK y Saint George y logró reunir alimentos, insumos médicos, productos de higiene, agua potable y ropa de abrigo, fueron diez camionetas y casi 30 los voluntarios que partieron hacia la costa del Maule Sur. Al viaje también se sumaron profesores del colegio Nido de Águilas, quienes anteriormente habían colaborado con el Vigilante Costero Maule Itata a través de la recolección de fondos. Fueron cerca de diez horas de viaje, a través de una carretera colapsada y donde los efectos del terremoto se revelaban a través de quiebres en el pavimento, puentes caídos y desvíos en el camino. Alrededor de las 20:00 horas y en medio del toque de queda, la carava comandada por el abogado FIMA Ezio Costa llegó hasta Pelluhue. En dicho lugar los esperaba Rodrigo de la O, líder del Vigilante Costero y oriundo de Curanipe, quien coordinó la llegada con los equipos de ayuda y las autoridades militares presentes en el lugar. Junto a la caravana, también llegó una gran cantidad de donaciones -principalmente alimentos, insumos médicos y productos de higiene-, a través de los vuelos del Club Aéreo de Curicó. Limpiar los escombros de la posta de Curanipe, el viernes 5 por la mañana, fue la primera labor del equipo de voluntarios, así se pudo usar como centro de acopio de herramientas y materiales de construcción debido a su ubicación privilegiada. Durante ese mismo día los voluntarios pudieron compartir con los habitantes de Curanipe, conocer sus historias y entregarles apoyo en estos difíciles momentos. “Por la ciudad misma andaba muy poca gente, casi todos estaban refugiados en los cerros”, afirma Ezio Costa, quien agrega que fueron muy bien acogidos tanto por la gente como por el ejército, quienes los orientaron en la entrega de ayuda y les permitieron dormir en el centro de acopio de alimentos. Durante los primeros días los voluntarios del Vigilante Costero vieron como el ejército comenzaba a tomar el control de la zona y a organizar la ayuda que estaba llegando. También vieron como el sábado 6 de marzo equipos de voluntarios llegaron masivamente hasta la zona costera del sur de la Región del Maule. Debido a la falta de una autoridad central, muchos de estos grupos se organizaban de forma autónoma, coordinando entre los líderes de cada uno las labores de ayuda y los sectores a los cuales auxiliaban. En este sentido, gracias a las redes de Rodrigo de la O y al conocimiento que tiene de la zona, los voluntarios del Vigilante Costero llegaron con comida y agua hasta algunos pueblos de la cordillera de la costa donde la ayuda oficial aún no se hacía presente. También trabajaron arreglando techumbres, armando campamentos y recuperando de los escombros todo aquello que podría ser útil. Al equipo de voluntarios que llegó el jueves, durante los días siguientes se sumó el grupo enviado por Save the Wave Coalition, donde destacó la comitiva de médicos norteamericanos. En total sumaron cerca de 50 voluntarios, cuyo trabajo fue valorado por los pobladores de Curanipe. “Debemos destacar el espíritu de compromiso del equipo completo, el cual trabajó durante todo el día, desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la noche, y a veces hasta pasando de largo el almuerzo. Todos se pusieron por completo al servicio de la comunidad”, asegura Ezio Costa. La comitiva que partió desde FIMA retornó por completo el domingo 7 de marzo, pero durante la semana han llegado voluntarios constantemente y los canales de ayuda oficial ya se están normalizando. [gallery] FIMA, como organización social comprometida con la zona, continuará trabajando para apoyar a los habitantes de la zona costera del Maule y para redefinir los objetivos del programa Vigilante Costero ante esta catástrofe.
El pasado jueves 4 de marzo por la mañana partió desde las oficinas de FIMA la primera caravana de ayuda para las localidades de Pelluhue y Curanipe, coordinadas por el Vigilante Costero Maule Itata. Tras la recolección de donaciones organizada por FIMA, la que contó con la importante colaboración de los grupos scout de los colegios Internacional SEK y Saint George y logró reunir alimentos, insumos médicos, productos de higiene, agua potable y ropa de abrigo, fueron diez camionetas y casi 30 los voluntarios que partieron hacia la costa del Maule Sur. Al viaje también se sumaron profesores del colegio Nido de Águilas, quienes anteriormente habían colaborado con el Vigilante Costero Maule Itata a través de la recolección de fondos.
Fueron cerca de diez horas de viaje, a través de una carretera colapsada y donde los efectos del terremoto se revelaban a través de quiebres en el pavimento, puentes caídos y desvíos en el camino. Alrededor de las 20:00 horas y en medio del toque de queda, la carava comandada por el abogado FIMA Ezio Costa llegó hasta Pelluhue. En dicho lugar los esperaba Rodrigo de la O, líder del Vigilante Costero y oriundo de Curanipe, quien coordinó la llegada con los equipos de ayuda y las autoridades militares presentes en el lugar. Junto a la caravana, también llegó una gran cantidad de donaciones -principalmente alimentos, insumos médicos y productos de higiene-, a través de los vuelos del Club Aéreo de Curicó.
Limpiar los escombros de la posta de Curanipe, el viernes 5 por la mañana, fue la primera labor del equipo de voluntarios, así se pudo usar como centro de acopio de herramientas y materiales de construcción debido a su ubicación privilegiada. Durante ese mismo día los voluntarios pudieron compartir con los habitantes de Curanipe, conocer sus historias y entregarles apoyo en estos difíciles momentos. “Por la ciudad misma andaba muy poca gente, casi todos estaban refugiados en los cerros”, afirma Ezio Costa, quien agrega que fueron muy bien acogidos tanto por la gente como por el ejército, quienes los orientaron en la entrega de ayuda y les permitieron dormir en el centro de acopio de alimentos.
Durante los primeros días los voluntarios del Vigilante Costero vieron como el ejército comenzaba a tomar el control de la zona y a organizar la ayuda que estaba llegando. También vieron como el sábado 6 de marzo equipos de voluntarios llegaron masivamente hasta la zona costera del sur de la Región del Maule. Debido a la falta de una autoridad central, muchos de estos grupos se organizaban de forma autónoma, coordinando entre los líderes de cada uno las labores de ayuda y los sectores a los cuales auxiliaban. En este sentido, gracias a las redes de Rodrigo de la O y al conocimiento que tiene de la zona, los voluntarios del Vigilante Costero llegaron con comida y agua hasta algunos pueblos de la cordillera de la costa donde la ayuda oficial aún no se hacía presente. También trabajaron arreglando techumbres, armando campamentos y recuperando de los escombros todo aquello que podría ser útil.
Al equipo de voluntarios que llegó el jueves, durante los días siguientes se sumó el grupo enviado por Save the Wave Coalition, donde destacó la comitiva de médicos norteamericanos. En total sumaron cerca de 50 voluntarios, cuyo trabajo fue valorado por los pobladores de Curanipe. “Debemos destacar el espíritu de compromiso del equipo completo, el cual trabajó durante todo el día, desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la noche, y a veces hasta pasando de largo el almuerzo. Todos se pusieron por completo al servicio de la comunidad”, asegura Ezio Costa. La comitiva que partió desde FIMA retornó por completo el domingo 7 de marzo, pero durante la semana han llegado voluntarios constantemente y los canales de ayuda oficial ya se están normalizando.
FIMA, como organización social comprometida con la zona, continuará trabajando para apoyar a los habitantes de la zona costera del Maule y para redefinir los objetivos del programa Vigilante Costero ante esta catástrofe.